Después de las aperturas, un espacio cultural en Monte Castro abre sus puertas nuevamente.
El Club Federal Juniors, ubicado en Sanabria al 2125, espera ansioso a los vecinos y socios luego de las pausas acontecidas producto de la pandemia. Con protocolos estrictos, pero con ánimo de encuentro, Silvio Mattano junto con Norma Almaras, han avanzado en la gestión de la institución pensando en el futuro.
Antes que nada, primero se toma la temperatura. Barbijo siempre. Alcohol en gel en las manos y un felpudo con lavandina para las zapatillas. Hasta ahora nada fuera de lo común en esta “nueva normalidad”. Pero el escenario particular esta vez es un club de barrio, con múltiples voces de alumnos y maestros dando indicaciones. El eco de las mismas se mescla con el sonido de alguna música y sobre el piso pulcro, comienza el baile en el salón.
Un camino de naranja está señalado en la entrada. El salón de baile y el patio del fondo están divididos por unas correas. Al igual que la limpieza, una corriente de aire se siente atravesar ambos sectores, ya que todo se encuentra con la debida ventilación.
Los jueves a las 19:30 está Lionel Godoy enseñando Taekwondo, con su burbuja de 8 alumnos. El se dedica a su arte marcial desde siempre. Primero práctica con chicos y chicas de 5 años en adelante. Se los nota emocionados por el encuentro que tienen cada semana, ya que aprovechan para reírse y hablar entre ellos a la distancia, pero cuando el sensei (maestro en japonés) toma la palabra, el silencio inunda el patio. Mantienen sus poses lo más rígidas que pueden y con concentración despliegan técnicas de defensa con guantes previamente sanitizados.
“Costó mucho el año pasado, las primeras veces mandábamos videos por WhatsApp para que los chicos pudieran practicar, después conectarse al zoom fue difícil, no contábamos con la mejor conectividad”, mencionó Godoy que nunca bajó los brazos y buscó formas para seguir con las clases. Una de las alternativas fue ir en septiembre a la plaza Monte Castro para hacer clases al aire libre, lo cual le favoreció captando nuevos alumnos ya que “a la gente le interesaba ver”.
Además de los cuidados, se tuvo que modificar en la práctica deportiva la cuestión de los “agarres” entre participantes del Taekwondo, para tirar al oponente, por ejemplo. Por lo general se mandan ejercicios para hacer en casa y si tienen personas dentro de su burbuja, los alumnos pueden practicar los agarres suaves con ellos. Desde el Club siempre proporcionan los elementos de limpieza.
Los adultos también participan de la clase a partir de las 20 hs, como por ejemplo Leo que tiene 69 años y es comprometido con lo que hace. “A principio del año pasado había comenzado y seguí las clases por zoom, en diciembre cumplo 70, ya tengo las dos dosis de la vacuna y la verdad que me hace bien venir acá”, comentó el alumno.
La ayuda social fue otro de los puntos fuertes en los que el Club hizo hincapié en este último periodo del año. Sumando la colaboración de los vecinos y la Asociación de Comerciantes Industriales y Profesionales de Monte Castro, se juntaron prendas de invierno para repartir en lo que se denominó la primer Percha Solidaria. “Los clubes fuimos una especie de respiradores sociales, pudimos hacer esto y ojalá que no lo hagamos más, es muy lamentable la situación que se vive” reflexionó Silvio.
La ropa que no pudo repartirse fue donada al merendero “Aires” de la villa 31. “Vinieron alrededor de 60 personas, se enteraron por redes sociales, empezamos a difundir mucho por Facebook al igual que las actividades del club”, remarcó Silvio.
“Tenemos señalado el piso, cada uno hace su paso, bailamos alrededor de 8 personas frente al espejo, todas con barbijo, por suerte está todo bien ventilado, tenemos cubierto el cupo asi que esperamos que en cualquier momento se abra”, detalló Ariel Ortellado, profesor de salsa. Durante los momentos más estrictos de la cuarentena tomó distancia de las clases y ahora retomó nuevamente de manera presencial.
Además de lo mencionado la oferta de actividades es variada durante la semana. Hay: Rock and roll, baile americano, danza jazz, iniciación deportiva para chicos, yoga, ubound, kickboxing, boxeo, bachata y folklore.
Silvio y Norma también desean que haya más aperturas en el futuro para poder tener más clases cubiertas y que haya un espacio concurrido en la cuestión cultural. “Quisiéramos a fin de año retomar las milongas o el teatro, que la gente del barrio se acerque, sobre todo los jóvenes, que hagan este lugar como suyo” finalizó Silvio.