• Florencia Guala( Esp. en Marketing Digital– Alumnos de la UCA – Estudiantes de Psicología: Roque Lisse, María Belén Raimundi –María Contreras – Lucía González – Gabriela Evangelista – Nataly Rodríguez Villanueva
Al hablar de apuestas deportivas, se suele ver como un juego que resulta divertido y no va más allá de lo lúdico, pero no es así.
Hoy en día se encuentra inserto dentro de los mismos deportes: es usual presenciar propagandas de promoción de ciertos sitios de apuestas, descuentos por apostar por primera vez, y hasta las mismas marcas promocionan equipos del fútbol argentino, como River y Boca. Asimismo, mueven muchísimo dinero, por ejemplo, en España se movilizaron 13,000 millones de euros (cifras del 2018) en las apuestas deportivas, con más de 800.000 personas que “juegan” de forma habitual.
No es algo para tomarse a la ligera, ya que traspasa lo que se conoce como juego, para ser una forma de evadir problemas o disminuir el estado de ánimo deprimido. Por ello dentro de los manuales de psicología, su juego descontrolado y desmedido (sin tener en cuenta las consecuencias) es considerado una enfermedad, o, mejor dicho, un trastorno adictivo.
Pero lo llamativo es que, si bien la edad de inicio en el juego patológico es en la adolescencia media (16 años), cuando se trata de juego patológico online, surge desde una edad más temprana, teniendo en cuenta que una gran mayoría comienza a jugar en grupo, con apuestas colectivas.
Otro dato para tener en cuenta, son las características que pueden hacer que una persona se implique en el juego de forma adictiva y descontrolada: ser varón, joven, vivir solo, tener un alto nivel de educación, y estudiar o trabajar tiempo completo. Así también, hay que destacar otros factores: la presencia de deudas, aislamiento, bajo rendimiento académico, falta de control de impulsos, estrés o ansiedad. Ciertos tipos de formas de ser o personalidades son susceptibles de meterse en un juego online de manera adictiva, hablamos de gente muy competitiva, adicta al trabajo, impulsiva y que se aburre con facilidad.
Por eso mismo los adolescentes y jóvenes son los que entran en un juego patológico con mayor facilidad, llegando a pedir dinero prestado a amigos, o la tarjeta de crédito/débito a sus padres, y ante una falta de control o un desconocimiento del problema, esto se acentúa aún más. Como también el fácil acceso y registro a los sitios de apuestas, a través de celulares o computadoras.
Siguiendo con datos estadísticos, un estudio hecho por Mateu (2016) con estudiantes de secundario, revela que el 50,8% de ellos apostó en algún momento, dentro de dicho porcentaje, el 43,5% apostaba a diario y el 25,85% 1 vez por semana. Esto demuestra el fácil acceso por parte de la población joven a este tipo de apuestas, y no sólo se trata del juego patológico, sino que también está vinculado a diversos problemas psicológicos, como la depresión, la ansiedad e incluso el suicidio, y a problemas sociales, como comportamientos antisociales, fumar, beber alcohol o consumir drogas.
Se podría detallar páginas con las consecuencias que tiene el sólo hecho de apostar, porque realmente no implica una ganancia en la gran mayoría de personas, del total se encuentra que solamente el 4% de la población genera ganancias a partir de las apuestas en un periodo a largo plazo. Por ello es importante controlar el juego, para que el juego no te controle.