Revista de Monte Castro


Revista Nº 126


Revista Monte Castro Nº125

NOTAS:


EL CELULAR

Hace 35 años, un 1ero. de Noviembre de 1989, ingresó a nuestro país el primer celular. Sin duda alguna, su uso permite a las personas actuar en forma más eficiente al estar conectadas, en especial porque pueden estarlo en cualquier momento, desde cualquier lugar y con quien lo deseen.
Nuestra Asociación encontró en este maravilloso dispositivo electrónico, la mejor manera de estar en contacto permanente con todos nuestros socios, y a su vez ellos con la Asociación para aclarar alguna inquietud o duda, solicitar un consejo si se le presenta algún problema, averiguar cómo hacer una denuncia, etc.

Las Pymes argentinas, actualmente utilizan más Internet que la Telefonía Fija para realizar sus operaciones de compra y venta de productos.

HOY, SU USO SE NOS HA HECHO INDISPENSABLE, Y NOS ACOMPAÑA EN TODO MOMENTO DE NUESTRA VIDA.

María Cristina Ribaudo
Presidente

El Día del Animal se celebra en la Argentina todos los 29 de abril en conmemoración del fallecimiento de Ignacio Lucas Albarracín, un abogado que fue el gran pionero en el país en la lucha por los derechos de los animales, quien dedicó su vida a su defensa. Opinaba que aunque estos tuviesen un nivel de raciocinio inferior respecto del hombre, no se debía martirizarlos ni castigarlos. Fue secretario de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales desde su inicio (1879) y sucedió a Domingo Faustino Sarmiento en su presidencia, en el año 1885. Desde allí fue un precursor en la lucha contra las riñas de gallos, la doma de potros, corridas de toros y tiro a la paloma.

El poder de las mascotas
Nada se compara con la alegría de volver a casa y encontrar un compañero leal. El amor incondicional de una mascota puede brindar más que compañía. Las mascotas también pueden disminuir el estrés, mejorar la salud del corazón e, incluso, ayudar a los niños con sus habilidades emocionales y sociales. Los científicos están analizando cuáles son los posibles beneficios de salud física y mental para diferentes animales, desde peces hasta cobayos, perros y gatos.

Posibles efectos para la salud
La investigación sobre las interacciones humano-animal es aun relativamente nueva. Algunos estudios han mostrado efectos positivos para la salud, pero los resultados fueron mixtos. Se ha demostrado que la interacción con animales disminuye los niveles de cortisol (una hormona relacionada con el estrés) y disminuye la presión arterial. Otros estudios han descubierto que los animales pueden reducir la soledad, aumentar los sentimientos de apoyo social y mejorar su estado de ánimo. Los investigadores están investigando de qué manera los animales pueden influir en el desarrollo infantil. Están estudiando las interacciones de animales con niños que tienen autismo, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y otras afecciones.

Animales que ayudan a las personas
Los animales pueden servir como fuente de consuelo y apoyo. Los perros de terapia son especialmente buenos en esto. A veces, los llevan a hospitales o residencias para ayudar a reducir el estrés y la ansiedad de los pacientes. Los perros están muy presentes, si alguien está luchando con algo, saben cómo sentarse y ser amorosos, su atención se centra en la persona todo el tiempo. La atención, la intención, la pasión y la sensibilización son cosas que los animales brindan y lo hacen de forma innata y pueden ayudar a personas que tienen cáncer y enfermedades terminales que necesitan disminuir el estrés y controlar el dolor.
Los investigadores están estudiando la seguridad de llevar animales a los hospitales, porque ellos animales pueden exponer a las personas a más gérmenes. Un estudio actual está estudiando sobre la seguridad de traer perros para visitar a niños con cáncer. Se deben examinar las manos de los niños para ver si hay niveles peligrosos de gérmenes transferidos del perro después de la visita.
Los perros también pueden ayudar en el aula. Un estudio encontró que los perros pueden ayudar a los niños con TDAH a enfocar su atención. Los investigadores inscribieron a dos grupos de niños diagnosticados con TDAH en sesiones de terapia grupal de doce semanas.

El primer grupo de niños le lee a un perro de terapia una vez a la semana durante treinta minutos. El segundo grupo le leyó a marionetas que parecían perros. Los niños que leían a los animales reales mostraron mejores habilidades sociales y más intercambio, cooperación y participación voluntaria. También, tenían menos problemas de comportamiento.

Otro estudio encontró que los niños con trastorno del espectro autista estaban más tranquilos mientras jugaban con cobayos en el aula. Cuando los niños pasaron diez minutos en un grupo de juego supervisado con cobayos, sus niveles de ansiedad disminuyeron. Los niños también tuvieron mejores interacciones sociales y estuvieron más comprometidos con sus compañeros. Los investigadores sugieren que los animales ofrecieron aceptación incondicional, lo que los convirtió en un consuelo tranquilo para los niños.
Los animales pueden ayudarle de otras formas inesperadas. Un estudio reciente mostró que el cuidado de los peces fue favorable para que los adolescentes con diabetes manejen mejor su enfermedad. Los investigadores hicieron que un grupo de adolescentes con diabetes tipo 1 atendieran a un pez mascota dos veces al día alimentándolo y controlando los niveles de agua. La rutina de cuidado también incluyó cambiar el agua del tanque cada semana. Esta rutina ayudó a la constancia de la revisión de los registros de glucosa en la sangre de los niños (azúcar en la sangre) junto con los padres.Se comparó la conducta del grupo de personas que hicieron esta rutina con los peces con los que no lo hicieron y el resultado fue que los primeros fueron más disciplinados a la hora de controlar sus propios niveles de glucosa en sangre, lo cual es esencial para mantener su salud.

Si bien las mascotas pueden traer una amplia gama de beneficios para la salud, un animal puede no funcionar para todos. Estudios recientes sugieren que la exposición temprana a las mascotas puede ayudar a proteger a los niños pequeños del desarrollo de alergias y asma. Pero para las personas que son alérgicas a ciertos animales, tener mascotas en el hogar puede hacer más daño que bien.

Riesgos para la salud por su mascota
• Los niños, las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunes debilitados corren un mayor riesgo de enfermarse por los animales. Siga estos pasos para reducir su riesgo:
• Lávese bien las manos después del contacto con animales.
• Mantenga a su mascota limpia y saludable y mantenga las vacunas al día.
• Supervise a los niños cuando interactúen con los animales.
• Evite que los niños besen a sus mascotas o que se lleven las manos u otros objetos a la boca después de tocar animales.
• Evite cambiar las cajas de arena durante el embarazo. Los problemas con el embarazo pueden ocurrir debido a la exposición a la toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria que se propaga a través de las heces de los gatos infectados.

Atelier Filippo, ubicado en Álvarez Jonte 5121, es un encantador comercio dedicado a la venta de pinturas al óleo, tanto personalizadas como reproducciones, además de ofrecer servicios de enmarcado. En este pequeño local, la tradición y la pasión se entrelazan, siendo actualmente administrado por Gabriela y Marcelo Filippo, hijos del fundador, Carlos Filippo. En un barrio como el nuestro, resulta poco común encontrar establecimientos dedicados a la comercialización de obras de arte, pero la historia de Atelier Filippo trasciende más de 6 décadas en Monte Castro. En esta entrevista, conversaremos con Marcelo, quien no solo se dedica a mantener viva la tradición familiar junto a su madre y su hermana, sino que también encuentra tiempo para explorar su pasión por la música y la restauración de instrumentos.

¿Cómo surgió la idea de abrir un atelier en un pequeño barrio como Monte Castro?
- Mi padre inició este negocio gracias a los pedidos que le encargaban los vecinos del barrio, la mayoría inmigrantes, que le pedían realizar pinturas de paisajes de sus pueblos. Él tuvo la facilidad de pintar y poder adaptarse a lo que le pedían. Tiempo después agregó los marcos, para diplomas, fotografías. Este local abrió el 12 de diciembre de 1959, en frente solo había un baldío, no estaba toda la parte comercial que hoy en día conocemos, había comercios, pero llegaban hasta Bermúdez. Creo que estamos tanto tiempo en el barrio porque mi padre compró el local y al no tener que depender de un alquiler hizo que los tiempos de crisis no sean tan complejos como para otros comerciantes. Aunque nosotros sabemos que vendemos algo que no es de primera necesidad, a la gente le gustar tener un cuadro en su casa y nuestros precios son accesibles.

¿Cuál es la particularidad que ofrece tu comercio?
- Y somos un rubro muy específico, no todo el mundo puede hacer cuadros y marcos. Tenemos muchos clientes que no son del barrio, justamente porque es difícil de encontrar un lugar como el nuestro. Además, con internet logramos ampliarnos, a mi hermana le hacen pedidos por encargo y la contactan por Instagram (@gabafilippo). Yo soy músico, y ahora que mi padre no está y el negocio debe seguir, empezamos a hacer cosas que tienen que ver con nosotros, ahora también hacemos arreglos de instrumentos musicales. Pero nuestra esencia es la misma, porque en definitiva el barrio nos conoce por eso, por lo que somos, tenemos nuestra identidad acá, yo fui alumno de la escuela Alejandro Aguado y soy de All Boys aunque ahora viva en Villa del Parque.

¿Carlos siempre estuvo presente en el barrio o también realizó colaboraciones en eventos o con otros artistas en otros lugares?
- Para mi padre siempre este negocio era “su lugar”, nunca tuvo otros motivos para salir del barrio. Aunque en los años 90, una amiga mía nos dijo de llevar unos cuadros a una exposición de muebles acá en Buenos Aires, era otro ambiente, con otro tipo de público. Mi padre no estaba encantado con la idea, pero lo convencimos, además la situación económica del país medio que lo obligaba también.

En esos días de exposición, creo que fueron 10, logramos vender muchos cuadros y también reservaron trabajos. Esos años el negocio apuntó a otro público y nos ayudó a atravesar tiempos económicamente más difíciles para nuestro rubro. En ese momento fue una buena oportunidad, pero mi padre siempre quiso estar acá, no le terminó gustando como se manejaban en otros lugares. Años después, muchos de esos clientes le seguían haciendo pedidos.

¿Notas una diferencia entre lo que hacía tu padre y lo que hacen ahora ustedes?
- Creo que logramos entender los nuevos tiempos, mi padre era más tradicionalista en la pintura, él se sentaba en la vidriera con su caballete y pintaba, mientras la gente pasaba y lo veía. Pero porque él tenía su estilo, le gustaba que vengan a ver personalmente la pieza y era más de pintar paisajes. Era un hombre que disfrutaba tener un trato muy personal; iba a la casa del cliente con 3 cuadros distintos para ponerlos en la pared y viera cómo quedaba cada uno. Mi hermana tiene un estilo más contemporáneo; moderno, con las redes sociales hace conocer su trabajo y ahora al cliente le podés mostrar cómo va quedando la pieza a través de fotos por Whatsapp, creemos que es una herramienta más sencilla y directa para mostrar nuestro trabajo y que sea participe del proceso.

¿Qué toman en cuenta cuando un cliente les pide un trabajo personalizado? ¿Le aconsejan algo?
- Cada cliente tiene su impronta, algunos ya saben lo que quieren, otros tienen una vaga idea, otros recuerdan algo que vieron y quieren algo similar. Igual nosotros los guiamos si es necesario, me pasa mucho que piden marcos blancos, y no es lo mejor, con el tiempo se ensucian, pero a veces la gente no prioriza eso cuando lo pide, entonces le aconsejamos que quizás sea de otro color. También hacemos reproducciones de obras ya conocidas, como Van Gogh.

¿Qué te dicen las personas cuando ven tu negocio?
- Siento que es una ventana hacia un mundo menos salvaje. A veces la gente pasa y se queda mirando los cuadros, nos dice: “hay qué lindo lugar, me gustaría vivir ahí”, y el arte te transmite a esa idea de llevarte a un lugar mejor. Tiene esa característica de ser inesperado, quizás vos ves una carnicería, un comercio de ropa y, de repente, ves cuadros. Somos algo que sorprende positivamente.

Por Nerina B. Pérez Fiumara

Filippo

Los cuadros realizados por la familia Filippo, exhibidos en su local en Álvarez Jonte 5121
Este 14 de Mayo, Día del Barrio Monte Castro, conmemoramos 321 años de historia recordando su origen y sus lugares más emblemáticos. El barrio "Monte Castro" tiene sus raíces hace tres siglos atrás como parte de "los pagos de La Matanza". Sin embargo, en las últimas décadas del siglo XIX, con la demarcación definitiva de la Capital Federal, se desliga de ese partido. Su nombre proviene de una chacra que perteneció a los Fernández de Castro en 1703, extendiéndose por la actual Bermúdez hacia el oeste durante los siglos XVIII y XIX.

En ese entonces, la principal actividad económica era la producción agrícola ganadera, pero a partir de 1781 el tabaco también se convirtió en un producto muy comercializado en la zona. Las casonas más importantes se concentraban en la calle San Blas, entre Moliere y Virgilio, rodeadas de árboles junto a una pequeña capilla, un granero y una famosa pulpería atendida por el español Don Cosme Palacios. La primera institución del barrio fue la actual escuela "Monte Castro", dirigida en aquel entonces por las Sitas Ponce de León, reconocida formalmente el 20 de septiembre de 1884. Con la Primera Guerra Mundial, el pasaje Carossi (hoy Albania) adquirió gran relevancia para la creciente población inmigrante italiana. El Gobierno de Italia decidió construir 44 casas para estas familias, las cuales fueron beneficiadas con un subsidio. Los hornos de ladrillo proporcionaron la materia prima para construir las primeras casas y comercios del barrio. Entre 1922 y 1924, empezaron a circular los primeros transportes automotores de pasajeros, incluido "La Ideal", que llevaba a los vecinos desde Jonte hasta Primera Junta.

En 1924, el escritor y periodista Roberto Arlt inició la construcción de su casa sobre la calle Lascano entre Segurola y Sanabria, la cual nunca llegó a completar. Cuatro años más tarde, los vecinos del barrio solicitaron la creación de una parroquia, y con ella llegó el Padre Orselli, quien, con el dinero otorgado por el Sr. Emilio Lamarca, logró culminar las obras para la Parroquia de San Pedro Apóstol, nombre adoptado en honor a la esposa de Lamarca, la Sra. Petronila.
Posteriormente, en 1942, un grupo de docentes del pasaje Albania establecieron un emprendimiento educativo privado, que al crecer sustancialmente se traslada a Benito Juárez, siendo hoy conocido como el Colegio San Rafael. Además, el barrio otorgó prioridad a edificios destinados a la salud, el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, que tomó relevancia a partir de la epidemia de la poliomielitis en la década del 50’ y principios de los 60’.

Algunos quizás fueron testigos de los cines más icónicos como el Cine Teatro Ferbo (1929) y el Cine Lope de Vega (1950). Un barrio lleno de cultura, comunidad y sentido de pertenencia, que convive con la modernidad, intentando conservar sus casas bajas y resistiendo a la contaminación acústica que afecta a otros barrios. Hoy, el corazón del barrio se encuentra en su avenida principal, Álvarez Jonte, con sus comercios que fomenta ese sentido de comunidad, junto con sus clubes y sus centros culturales. Celebremos otro año más de nuestro barrio, de nuestros lugares, de nuestros vecinos. Sigamos creciendo y haciendo historia juntos.

Por Nerina B. Pérez Fiumara

Primer edificio de la Escuela “Monte Castro”

Primer edificio de la Escuela “Monte Castro”
Una empresa nacida en el barrio, que logró prosperar a nivel nacional y sigue siendo parte de nuestras vidas en las fiestas de fin de año.
En el centro del barrio de Monte Castro, en la bulliciosa Buenos Aires, se gestó una historia que fusiona la pasión por la pastelería con el espíritu emprendedor de unos inmigrantes en busca de un futuro mejor. En este día del trabajador, recordamos con admiración el origen de la fábrica de golosinas Georgalos, cuya creación del Mantecol no solo endulzó los paladares argentinos, sino que también simboliza el esfuerzo y la determinación de una familia que encontró en Monte Castro su hogar y su lugar de trabajo.

La historia de la creación del Mantecol es, en esencia, un relato de la vida misma de una familia trabajadora argentina. Provenientes de Polonia, una familia de inmigrantes escapando de la ocupación alemana, encontró refugio en la isla griega de Chios. Sin embargo, las circunstancias los llevaron a emprender un nuevo viaje hacia tierras argentinas. En septiembre de 1939, Miguel Nomikos Georgalos, a sus 24 años llegó a Buenos Aires con sueños de emprender su propio negocio, siguiendo los pasos de sus padres, quienes habían trabajado arduamente en un negocio en su tierra natal. Mientras Don Miguel trabajaba en el puerto, cargando bolsas y pensando en su futuro, surgió la idea de traer a Argentina un postre que conocía bien: el halvá. Aunque no pudo encontrar la pasta de sésamo necesaria, decidió experimentar con maní, inspirado por la popularidad de la garrapiñada local. Con la ayuda de su esposa, Marcela Brandan, comenzó a fabricar y vender este nuevo producto desde la comodidad de su hogar en Monte Castro.

El éxito fue natural, debido al sabor único y la textura suave del Mantecol, que conquistaron los corazones de los porteños, convirtiéndose rápidamente en un producto con mucha demanda en ventas. Con determinación y visión empresarial, Don Miguel y Marcela lograron ahorrar lo suficiente para adquirir un terreno en Segurola y Elpidio González, donde inauguraron su primera planta: La Greco Argentina. Este paso marcó el inicio de una nueva era para la familia Georgalos y para Monte Castro.


La fábrica de Georgalos

Con nostalgia y afecto, un vecino del barrio rememora una hermosa tradición que definió su época como estudiante en el colegio primario, donde compartió experiencias entrañables con sus compañeros, entre ellos Juan Georgalos, el hijo menor de la familia. Durante aquellos años, Don Miguel tenía el inolvidable gesto de llevar dulces al colegio en los días festivos de la institución. Esta acción se convirtió en un esperado y apreciado acontecimiento para todos los alumnos, gracias a la generosidad y el espíritu solidario del señor Georgalos. Esta hermosa práctica no solo endulzaba los momentos especiales de los estudiantes, sino que también fortalecía los lazos de solidaridad y comunidad.

El objetivo de Miguel no solo era construir un negocio próspero, sino también traer a su familia a Argentina. Con esfuerzo y perseverancia, logró su cometido, consolidando así el legado de los Georgalos en tierras argentinas. En este día del trabajador, honramos la memoria de aquellos que, como la familia Georgalos, contribuyeron al crecimiento y la prosperidad de nuestra querida Argentina. Su historia es un recordatorio de que, con trabajo, dedicación y oportunidades, podemos superar cualquier desafío y construir un próspero porvenir.

¡Feliz día del trabajador!

Por Nerina B. Pérez Fiumara