Según una reciente encuesta realizada por la Asociación Comerciantes, Industriales y Profesionales de Monte Castro, la inseguridad en el barrio es protagonista en la agenda de los comerciantes, ya que este estudio, que abarcó un total de 219 comercios, relevó que 44 de ellos reportaron haber sido víctimas de delitos, lo que refleja una realidad que afecta no solo a los negocios, sino también a la comunidad en general.
Entre los datos registrados se contabilizaron 24 casos de hurto, 7 asaltos a mano armada, 10 arrebatos y 12 incidentes clasificados de otras formas. Sin embargo, lo más inquietante es que de aquellos comercios que sufrieron un delito, solo 20 decidieron presentar la denuncia correspondiente, mientras que la mayoría, es decir, 24 comerciantes optaron por no hacerlo, al justificar que consideraban el proceso como una pérdida de tiempo, lo que evidencia un problema significativo, ya que la falta de denuncias formales dificulta la corroboración de la existencia del delito y la implementación de medidas efectivas para combatirlo.
La encuesta analizó la percepción sobre la seguridad entre los comerciantes, revelando que 103 consideran adecuada la distribución policial, mientras que 116 discrepan, lo que refleja una desconfianza general hacia las autoridades. Además, 185 comerciantes demandan más cámaras de seguridad en la zona para mejorar las condiciones. Respecto al conocimiento sobre denuncias, 172 comerciantes están al tanto de que pueden llamar al 911, mientras que solo 47 desconocían esta opción. La Asociación Comerciantes, Industriales y Profesionales de Monte Castro agradece a los participantes en la encuesta, cuya información será clave para implementar medidas de seguridad en el barrio y destaca la rápida respuesta de la Comisaría 10/A ante los reclamos de los comerciantes, lo que favorece un vínculo más cercano con las autoridades y la comunidad del barrio.
Por otro lado, un reciente informe de la Procuración Penitenciaria de la Nación revela que, en el primer semestre de 2024, se registraron 9.659 detenidos en la Ciudad de Buenos Aires. Este aumento en las detenciones pone de manifiesto un panorama preocupante sobre la inseguridad en la Capital Federal y las críticas condiciones de hacinamiento en los centros de detención. Más del 50% de estas detenciones se concentraron en las Comunas 1, 3, 4 y 7, que representan una parte significativa de los casos.
El informe destaca que los delitos de robo y hurto constituyeron el 63,3% de las detenciones mientras que otro aspecto alarmante es la sobrepoblación en las alcaidías donde en marzo se alcanzó un pico de 1.248 detenidos superando su capacidad en 466 personas.
Esta falta de espacio adecuado lleva a que muchos reclusos se encuentren en condiciones precarias y difíciles. Los detenidos a menudo permanecen esposados durante varios días en espacios improvisados como oficinas y depósitos, lo que limita su acceso a condiciones mínimas de dignidad y derechos humanos.
Los datos obtenidos evidencian una importante demanda para abordar la inseguridad en Monte Castro y en el resto de la ciudad, ya que la falta de denuncias y la percepción negativa sobre las condiciones actuales son indicadores claros de que se requieren acciones inmediatas para proteger a los comerciantes y fomentar un ambiente más seguro para la comunidad, siendo fundamental la colaboración entre los comerciantes y las autoridades para revertir esta situación. A su vez, los centros de detención se encuentran colapsados al llegar a picos históricos de detenciones, lo que permite observar una falta de políticas públicas para abarcar una problemática que afecta a todos los habitantes.
Es fundamental reconocer la necesidad de construir mecanismos y herramientas de prevención debido a que las políticas sociales desempeñan un papel crucial como principal apoyo para aquellas personas que podrían estar enfrentando situaciones límites que los lleven al delito, y como dice el refrán, es mejor prevenir que curar; por lo tanto, no basta con invertir en presencia policial, cámaras y centros de detención, sino que también es esencial abordar problemáticas sociales como la pobreza, la falta de oportunidades laborales y el acceso limitado a servicios básicos, implementando programas que ofrezcan capacitación laboral y apoyo educativo para reducir las condiciones que impulsan a las personas a involucrarse en actividades delictivas, ya que mejorar las condiciones de desarrollo de la población es clave para garantizar una sociedad más segura, capacitada y con mayores oportunidades que favorezcan el crecimiento personal.
“La educación es la llave para desterrar los males sociales; las guerras y la pobreza son fruto de la ignorancia” - Juana Manso, maestra argentina (1819-1875)
Por Nerina B. Pérez Fiumara