El sábado 7 de noviembre, Pedro Aznar, considerado uno de los más importantes músicos argentinos de las últimas generaciones, dio un memorable concierto intimista en la sala del barrio; destacándose en todas sus dotes, repasando desde su disco “Quebrado” hasta gran parte de su trayectoria, con temas propios y grandes interpretaciones de otros autores, poniendo todo su talento como cantor e instrumentista.
Asimismo mostró una gran calidez con el público, a quien se brindó por completo en un concierto ameno y conmovedor. En una entrevista previa al show hablamos con él:
¿Cómo te llevás con el recorrido por los barrios de Buenos Aires?
Es algo que quería hacer desde siempre, lo hice en su momento con “Madre Atómica” (mítica banda que integró junto al “Mono” Fontana y Lito Epúmer), los tres rodeábamos Monte Castro ya que éramos de Liners, Villa Pueyrredón y Villa del Parque, tenía por entonces 15 años tocaba mucho en los barrios; y con Serú Girán también lo hacíamos alternando con grandes teatros; pero me quedaba pendiente hacerlo como solista y en estos dos años me fui dando el gusto de generar este concierto intimista, en el cual se produce un encuentro entre el artista y el público, es algo muy mágico, es ver la “cocina” de los temas, el artista con su guitarra se acerca al barrio, es como sentirse en la casa del público. La energía es muy mezclada al tocar en los teatros del centro, en cambio al tocar en cada barrio se nota su propia temperatura, cada barrio es diferente. Todo tiene su encanto.
¿De qué se trata el disco “Quebrado”?
Es un álbum doble que homenajea por un lado a todos los autores de música de mi adolescencia y por el otro es un disco de rock más eléctrico que las anteriores experimentaciones con ritmos latinoamericanos.
¿Vos te planteaste la investigación musical?
En realidad no me fue planteada por mí, se fue dando de esa manera, soy un tipo inquieto, de chico me gustaba sacar las canciones y tocarlas con mis amigos, y es una buena forma de aprender es viendo que pasa si te apropias en tu cuerpo las creaciones de otro.
El intérprete es como un cable por el que pasa la obra.
La obra del intérprete en el rock argentino durante mucho tiempo se veía con sospecha, pero por suerte esa mirada se abandonó, y se empezó a valorar la obra del intérprete. Un buen intérprete le aporta a una obra, su propio mundo interior, y le dotan una vida nueva.
Es inevitable preguntar qué representó para vos integrar Serú Girán
Yo era muy jovencito, tenía 18 años, era un desafío muy grande y un honor inmenso que tres personajes con quienes crecí y admirados por mí me invitaran a tocar con ellos, al comienzo era como un sueño, no lo podía creer. Lo que ocurrió con Serú Giran fue más grande de lo que podíamos imaginar, no sé si Charly, David Lebón o Moro, como yo, nos dábamos cuenta de lo que pasaba. Cualquier cosa que pueda decir de lo que significó para mi Serú Girán, o que pueda decir alguno de los cuatro, siempre se va a quedar corto en función a lo que significó para muchísima gente, de los cuales tengo testimonio que aquellas melodías están arraigadas dentro en lugares recónditos de su mente, aún más profundos que las identidades más queridas.
Ahora sí Pedro se acerca el Recital…
Si, termino el café que estoy tomando ahora, y ya salgo a escena…
Y así Pedro dio un concierto maravilloso, con una energía de afecto desde arriba y abajo del escenario, con cuatro bises complaciendo a todos, y en su música, convivió el rock, el jazz, el folclore, la bossa nova, pero por sobre todo el afecto, de una persona que agradeció exclusivamente al público de Monte Castro, habiendo sido “apenas” un Serú Giran, un elegido de Path Metheny, y un discípulo de Jaco Pastorius.
Una propuesta prácticamente insuperable que el programa “Naftalina, para que nadie se apoliye” y el Instituto San Pedro, a través del Cine Teatro, nos regalaron al barrio.