Una de las figuras mas reconocidas de la televisión, Mariano Peluffo, entre viaje y viaje, se tomó un tiempo para contarle a la gente acerca de la TV de hoy en día.
Hace ya casi 3 años que Mariano Peluffo se la pasa viajando de provincia a provincia. D esde el 2008, con la primera edición de “Talento Argentino” que Mariano ha recorrido Mendoza , Capital Federal, Rosario , Mar del Plata , Bahía Blanca , Córdoba , San Luis , Salta , San Juan , Neuquén , Corrientes y Tucumán . Y seguramente se añadirán nuevas provincias y ciudades de cara a la tercera edición del programa, a salir al aire en 2010. Pero lo de este gran conductor no arrancó con este conocido formato, sino que su trabajo televisivo data de mucho antes. Cablin fue uno de sus primeros pasos, la señal televisiva para chicos que dejo de trasmitir señal en el 2000. Pero para ese entonces, lo mejor estaba por venir para Peluffo, porque al año siguiente, “Gran Hermano” apareció en la pantalla, y él tuvo la excelente oportunidad de co-conducir las galas de nominación y eliminación, lo que significo un gran salto en su carrera.
Luego, con algunos pasos por “Maru a la tarde”, “Sentí, el Verano” y “Zoobichos”, Mariano volvió a subirse a ese tren sin control que fue la vuelta de “Gran Hermano” a la televisión en el año 2007. Esa edición, el “Gran Hermano 4” , tuvo el pico máximo de rating en la historia de la TV Argentina en 25 años: 50,4. A partir de ahí, su figura como conductor fue creciendo hasta que en 2008 le llegó otro éxito, el ya mencionado “Talento Argentino”, un formato federal, que se ha caracterizado por llegar a todo el país y brindar oportunidades a todos los argentinos. Un objetivo noble, que todavía sigue siendo llevado a cabo.
- ¿Como llevas el hecho de ser la cara de un programa tan exitoso como “Talento Argentino”?
- La verdad que esta bueno porque le viene muy bien a los artistas de todo el país. Tienen la oportunidad de mostrarse y eso es muy bueno, los ayuda a ser reconocidos, a que los inviten a festivales y demás eventos que son muy importantes. Y por supuesto que al ganador le da un plus enorme porque se lleva el premio. Además esta muy bueno recorrer todo el país y también el hecho de que sea un programa sano y familiar, y eso lo defendemos a muerte.
- ¿Y como manejas tu posición como “conductor comodín” de Telefé?
- Me pone muy contento saber que el canal cuenta con uno a la hora de conducir programas especiales o eventos particulares, sobre todo porque a uno le da un lugar de importancia, y eso esta bueno. Igual, por suerte también esta Marley, y entonces nos dividimos cuando uno esta en un programa diario y el otro no.
- ¿Crees que con tanta mediatización la tele perdió un poco el rumbo?
- Me parece un poco catastrófico el término “perder el rumbo”, porque la tele es un reflejo de la sociedad, no hay en tele algo que la gente no quiera ver.
Entonces, si lo que más funciona es el “Bailando por un sueño” es porque la gente quiere verlo. Esta claro que la gente quiere escapar a los problemas de la sociedad, como la inseguridad, y en el programa de Marcelo Tinelli encuentran ese momento para entretenerse.
- ¿Y no crees que es un poco cruel que los programas tengan que regirse por si tienen o no tienen rating?
- En un punto si, pero es como todo. El gerente de una empresa que no vende, en dos meses lo mandan a la casa, y entonces en la tele lo que mande es el rating, es la unidad de medida. Un programa que no se ve es como un bar que no factura, al poco tiempo cierra. Lo que me parece bien es que halla una tele pluralista como Canal 7 o Encuentro, donde se pasan cosas que otros canales no pasan. Esta bueno que la gente tenga variedad a la hora de elegir también.
- ¿Cómo vivís con la exposición que tenés?
- Yo no tengo ánimo de figurar, es muy difícil que me veas en las revistas saliendo en tal o cual evento. De hecho, los eventos que hago son porque hay algún amigo o algo por el estilo, yo disfruto mucho de estar en casa. Por suerte, en el barrio ya me conocen, por lo que el trato es muy natural. Aunque me dan un poco de miedo algunas cosas. Te doy un ejemplo: El otro día mí mujer se tomó un taxi en el centro y al llegar a la esquina de casa, el taxista le comentó que a media cuadra vivía yo, entonces eso te da un poco temor, porque si bien el barrio no es inseguro, la ciudad ya es insegura de por sí.
- Justamente hablando del barrio ¿Cómo ves al barrio de Monte Castro?
- Muy bien, porque no ha perdido esa esencia de barrio. Todavía encontras almacenes, si bien tenes grandes hipermercados, entonces se nota que no perdió el ritmo de barrio. Lo que me preocupa quizás un poco es que en algunas zonas del barrio, se han empezado a construir varios edificios.
- Saliendo de Monte Castro, ¿Que me podés contar de La Lucila del Mar?
- La Lucila es un lugar escondido al que voy hace 34 años interrumpidamente. Lo comparó con Monte Castro, porque allá me conocen todos, yo conozco a todos y lo siento propio, habitual. Es un vínculo hermoso que no se rompe.
- ¿Vas a cumplir con tu promesa de ir a ver a All Boys?
- Por supuesto, Diego Desanzo ya me mandó las entradas para la platea, así que voy a ir con mi viejo que es vitalicio.
Igual siempre pasó por el club porque pasó a buscar a mi hija, o cuando me han invitado siempre he tratado de ir.
- Por último, me dijeron que le enseñaste a jugar al Voley a Marcos Milinkovic ¿Qué hay de cierto en eso?
- Jajajaja, no es que le enseñamos. Lo que pasaba es que Marcos paraba en la Lucila con nosotros, pero en ese entonces, si bien tenía pinta de llegar a ser un tipo alto, era chico y flaquito, y entonces cuando quería jugar al Voley no lo dejábamos. Hasta que hubo un Verano en el que no vino, y al siguiente apareció hecho una bestia, así que ya no hubo nada que enseñarle, jeje, había que jugar alrededor de él. Igual, no solo jugaba al Voley con Milinkovic, sino que cuando éramos chicos con mi hermano jugábamos al futbol en Gimnasia y Esgrima de Vélez Sarsfield con Cristian Bassedas y Roberto Pompei.
Luego de un café muy rico en el bar Monte Castro, Mariano se queda hablando acerca de la posible vuelta de Gran Hermano y de los rumores que se corren en el ambiente. La foto no se hace esperar y Peluffo posa muy amablemente, no solo para nuestra cámara, sino también para la cámara de una admiradora de su trabajo. Un trabajo que ya lo ha llevado a varias provincias, pero con el que le queda mucho por recorrer.