En el portal oeste de Monte Castro, emerge como orgulloso enclave el Café “Olimpo”, a los efectos de dar la bienvenida a los viajeros que por ese extremo desean ingresar a nuestro preciado barrio.
“Olimpo” fue fundado allá por 1950 cuando Zeus decidió bajar a la tierra a tomar café, y encargó a Afrodita inspirar un bello lugar para que Don León Heras le diese forma, unificando bajo un mismo nombre un homenaje al equipo de fútbol que tenía su cancha entre Irigoyen, Arregui, Ruiz de los Llanos y Nazarre, con el de la morada de los dioses greco-romanos.
Luego fueron Pablo Sola e Ignacio Sánchez los hombres que regentearon el divino lugar, para dar paso al bandoneonista Ignacio Zárate en las riendas del espacio. Las musas del arte inspiraron a Zárate, quien llevó al Café, estar abierto las 24 horas, y darle un claro cariz tanguero, hasta que luego, este destino de errante conducción recayera en el ibérico Pablo Sanchez, quien le dio la estética definitiva que hoy conserva bajo la administración de su hija Mabel y su esposo Horacio Camilloni, ambos muy amables, de trato fraternal, y amor infinito por la preservación y cuidado del bar, tanto así como de sus clientes, habituales y furtivos.
Los hallazgos que se pueden encontrar en “Olimpo” quizá estén signados por los propios vecinos de Monte Castro y su periférico barrio de Versalles, quienes aparte de concurrir, llevan y aportan antigüedades y excentricidades que lo vuelven un entretenido lugar de obligada visita. Pueden encontrarse desde un viejo televisor “CBS Columbia” que sugiere ser el primero del barrio, un cambinado, un tocadisco, tapas de long plays de época, una colección de antiguas piezas de automóviles, fotos de Gardel, Olmedo, Porcel, de la vieja estación Versalles, y hasta una en la que se puede apreciar a un joven y carilindo Julio César Falcioni, reciente campeón como DT de Boca y Banfield y ex arquero de Vélez.
También puede leerse una crónica del año 1956 donde se relata un asalto cometido al lugar, y el flamear de banderines de Independiente y Vélez Sarsfield….
Bajo guarda, en una vitrina, existen autitos en escala, una picadora manual de carne, un rallador de pan y otro de queso, un pisapapas y varias reliquias domésticas, que sólo sensibles corazones pueden atesorar como testigos mudos de tiempos idos.
Los Dioses Olímpicos, a veces han tomado forma de humanos y bajaron a est bar, que Zeus entronó en la esquina de Irigoyen y Arregui, y se mostraron como el “Polaco” Goyeneche quien disfrutó de los magníficos ventanales, o el excelente comediante y cantor de tangos Adolfo García Grau, como florido anfitrión del espacio.
También se personificaron en consagrados artistas, durante la filmación de “Esperando la Carroza”, y eligieron este lugar de Monte Castro para reponer energías, se los pudieron ver como Alejandro Doria, Luis Brandoni, Betiana Blum, Julio de Grazia y Enrique Pinti, entre otros.
Vale destacar que los placeres del lugar remiten a exquisitos desayunos, preparados sin ahorrar elementos por su propia gente, que integra como una familia a los clientes.
Es un clásico de la zona el desayunar en Bar leer el diario, conversar y ganar amistades, así como también apropiarse del mismo “Olimpo”, y aquerenciarse como si fuera el propio hogar.
Mabel y Horacio, contribuyen a crear el cálido clima que se traslada de padres a hijos, de familia en familia, de generación en generación.
De más está decir que este precioso bar, tiene el hechizo de enamorar, que quienes pasan por Irigoyen y paran azarosamente a tomar algo, como si fuera un designio, vuelven reiteradas veces para disfrutar y seguirlo descubriendo.
Por cierto que “Olimpo” es un notable bar de Monte Castro, y un orgullo el poder disfrutar de él, al punto que se formalizó éste hecho cierto cuando la Ciudad de Buenos Aires, diploma en mano lo reconoció como Bar Notable de la Metrópoli.
Es un convite necesario para los vecinos del barrio que lo conocen, y más aún para aquéllos que no lo descubrieron, el visitar el lugar con sus amistades, y sentirse como deidades reveladoras de uno de los tesoros más entrañables que puedan ofrecerse.