El ex River y Argentinos Juniors, tiene su protagonismo en el barrio. Abrió un complejo de canchas de fútbol 5 ubicado en Nogoyá y Bermúdez (Complejo Pipa Gancedo), donde niños y grandes pueden disfrutar de jugar al fútbol. 

Pipa, ¿Conocés el barrio?
Sí, yo pasé toda mi infancia en Versalles, siempre iba a la pizzería ‘El Fortín’. Conozco todo, porque a los 5 años vivía en el pasaje Coliqueo, y en mis últimos dos años de baby, jugué en el Club Allende. Además, tengo muchos amigos, en Monte Castro, Floresta, Villa del Parque, de club Parque… toda esta zona la conozco por la infancia.

¿Qué recuerdos del barrio tenes más presente?
Y todos, pero más que nada los de la infancia, en los que me guardo los amigos, los clubes en los que jugué de chiquito.

¿Por qué elegiste este lugar? ¿Tiene que ver con haber pertenecido al barrio?
Se dio todo hablando con el Chino, Hernán Tobal, que tiene estas canchas como hace ocho años. Me llamó para ver si tenía idea de formar algo, una sociedad. Vine a ver como estaba todo, las canchas estaban bien y bueno, hablamos con las autoridades de la Ciudad para tener todo en regla y en excelentes condiciones. Todavía faltan algunos detalles, pero levantamos el lugar como se merecía, con auspiciantes que nos ayudaron a que éste sea un real estadio de fútbol. Se dio la posibilidad de tener césped sintético, de tener canchas de baby y, de a poquito, comenzar con la idea que tenemos en mente para este proyecto, que más allá del alquiler de las canchas consiste en formar en valores a los chicos y hacer un fútbol diferente. Vinimos con el profe Pidal (actual preparador físico de River) y estamos los tres. Estamos con la finalización del salón de arriba, que será para los cumpleaños, reuniones y demás. Pretendemos un bar en el que haya alguien todos los días, y las canchas, por supuesto. Lo que estamos pensando, es hacer un partido con ex jugadores una vez por semana. Por ejemplo, Vélez y River veteranos, con presencia de jugadores importantes e históricos de cada club, con los que tengo contacto todavía.

No sólo queremos que haya torneos de Baby o papi fútbol, sino también de fútbol tenis, por ejemplo. También hay una idea de realizar un programa deportivo, en fin, la idea es que se respire fútbol. De todas maneras, también está pensado hacerse una cancha de tenis.

¿Qué te incentivó a llevar esto a cabo?
Mi pasión por el fútbol. Yo estoy en el club Independiente de Monte, que milita en el Argentino C, voy a participar en la categoría, en la cual también juega Sebastián Verón. Asique aprovechamos, y también venimos a entrenar con el plantel una vez por mes. Siempre que se trate de fútbol, intentaremos dar una mano, porque tratamos de hacer una Academia, más que una escuela. Porque es como digo, el fútbol es el reflejo de la vida y jugamos como vivimos, entonces hay que formar a los chicos desde edades tempranas. Para que entiendan que la felicidad en la vida no tiene que ver con el éxito y el dinero, y que no pierdan esos valores fundamentales.

Entonces, ¿el objetivo principal es enseñar?
Sí, es enseñarles cosas más allá del fútbol, o sea el verdadero significado del juego. Estamos a años luz de los métodos de entrenamiento europeo, de lo que significa el liderazgo, y lo más importante, la relevancia de lo que es jugar en equipo. Es un problema cultural, se perdió el respeto y los argentinos creemos que las sabemos todas. Los chicos crecen y hacen lo que se les antoja, intentaremos inculcarles el amor.

Es importante que haya gente con ese pensamiento, generalmente se ve ese comportamiento en los futbolistas más experimentados…
Y sí, porque hay muchos técnicos que son egoístas y también lo son los jugadores jóvenes; hoy en día importa más la plata y el salvar a la familia antes que perdurar en un club y jugar por el amor a deporte.  Desde nuestro lugar queremos incorporar ese amor a los chicos que estén acá, que se saquen el amor a la plata, porque los chicos son así frente a una sociedad que se los permite. Es hora de poder mostrar un cambio, y el cambio es desde abajo.

La ex – leona, y hoy manager del equipo argentino de hockey femenino sobre césped, habló sobre su experiencia en el plantel, los recuerdos más memorables y también sobre el futuro del equipo de cara a los próximos Juegos Olímpicos.

¿Cómo es tu vida, ahora que sos manager?
Es muy linda, estoy muy contenta. Voy dos, tres veces al CENARD, o de acuerdo a lo que necesite. El trabajo es muy reconfortante, trato de dar una mano en lo que se pueda, y también de ayudar a las chicas, que de eso se trata básicamente mi función.

¿Cuál es tu función específica dentro del equipo?
Hay varias funciones que cumplo. La organización, la ropa, el viaje; en fin, todo eso en lo que uno pueda aportar para que las cosas sean mejores. También las cosas que se arreglan con el cuerpo técnico, ser el nexo entre la jugadora y el cuerpo técnico mismo.

De todos los momentos de tu vida deportiva, ¿Cuál recordas como el más gratificante?
Hay varios, pero si te tengo que nombrar alguno te digo el mundial de Perth, en el 2002. El haber salido campeonas fue realmente importante para todas, y otro de los logros fue llegar a la final olímpica de Sidney 2000. Otro de los momentos para rescatar, fue el surgimiento del nombre ‘leonas’, porque eso marcó un antes y un después, sin olvidarse tampoco que yo estuve en toda la etapa anterior también.

¿Qué te dejó el haber sido parte de algo tan especial como la selección de hockey?
Lo que me dejó fueron amigas. Soy amiga de muchas de las chicas, nos juntamos seguido. Más allá de lo lindo que es llegar a competir en un deporte de alto rendimiento, y de todos los recuerdos, me quedan las amigas que me hice gracias al hockey.

¿Hay alguna anécdota que recuerdes?
Mira, son tantas cosas de años, que uno tiene miles de cosas en la cabeza.

Por ejemplo, a todos nos gusta ganar torneos y todos los partidos, pero a veces, cuando uno viaja y demás, lo deportivo no importa tanto.
Me pasó antes de viajar a Beijing, que viajamos a Estados Unidos, y de cuatro partidos que jugamos, empatamos uno y perdimos los demás. O sea, deportivamente, el viaje fue un desastre, pero sirvió mucho a nivel grupal, porque fuimos a Disney y nos divertíamos en los juegos. Éramos 18 yendo en dos combis para todos lados, y sabíamos que a pesar de que nos había ido mal, la estábamos pasando bárbaro y nos ayudó como equipo para conocernos y unirnos más.

¿De quiénes te llevás los mejores recuerdos?
La verdad, de todos. Cuando hay un trabajo en grupo, sacas de todos algo positivo para quedarte. Y de mis compañeras, me llevo amigas.

¿Cómo ves a nuestra vecina del barrio Maru Scarone?
A Maru la veo bien, es una jugadora muy regular. Si la ves en la cancha, posiblemente no se destaque, pero el que sabe de hockey sabe que es una jugadora fundamental para el equipo. Es muy simple, muy recuperadora y es regular y muy importante en todos los partidos.

¿Cómo ves al equipo hoy?
Lo veo bien, están muy sólidas las chicas, pero creo que aun tienen muchísimo más para crecer.  Argentina tiene mucho potencial, hay gran cantidad de jugadoras y creo que van a estar durante mucho tiempo más en los podios del mundo, porque hay con qué.

¿Ves bien a las chicas para Río?
Y, recién salimos de Londres y falta mucho, pero hoy están muy bien. Hoy se piensa en otras cosas, pero de acá a cuatro años creo que van a estar mucho mejor.

Carlos Alberto Santo, vecino del barrio de Monte Castro es un ex integrante del cuartel de bomberos. Durante sus 41 años de ejercicio de la profesión, ha pasado experiencias gratas y otras no tanto; como la tragedia de LAPA y de Cromañón. Aquí conocerán más sobre la interesante vida de aquellas personas que se dedican a salvar la vida de los demás.

Carlos, ¿Qué lo motivó a querer ser bombero?
Mirá, yo dejé los estudios y mi viejo me dijo que no iba a ser un vago y me dijo que podía meterme en la parte técnica y de los bomberos. Luego de eso me di cuenta de que tenía que estudiar, y terminé la secundaria. Ingresé en la escuela de cadetes, y de ahí pertenecí por 41 años a eso. Además mi viejo era bombero, y era el sueño del pibe. Me metí más en el tema de bomberos y me empezó a gustar. Es un poco lo que uno va absorbiendo de chico, y la realidad es que siempre me gustó la profesión, y a medida de que te vas metiendo, le encontras el gusto y te encariñas.

¿Cuál diría que es la función principal del bombero?
El objetivo principal es ayudar a la comunidad. La idea es estar, junto a la Policía también, en todo tipo de catástrofe. Ya sea incendio, salvamento, derrumbe, es decir lo que involucre todo tipo de emergencia. También realizamos colaboraciones, como ser llenar tanques de agua en edificios de instituciones que nos lo requieren, o trabajar de forma conjunta con la policía y las ambulancias.

De todos estos casos que me nombraste, ¿Hay alguno que le haya quedado grabado en especial?
Mira, yo estuve en el accidente de LAPA y en la desgracia de Cromañón. EN LAPA fue algo atípico, y lo de Cromañón arrojó un saldo de muchas víctimas. Desconozco cuál fue el problema de LAPA, pero la parte más difícil del viajar en avión se da cuando se despega y se aterriza, y en ese momento nos tocó trabajar ahí. Encima la zona era muy difícil para trabajar, el operativo fue récord de ataque al fuego. Los autobombas no habían podido entrar a la zona de peligro, y a pesar de todo se hizo el salvamento corres-pondiente. Lo de Cromañón fue desastroso, por la cantidad de víctimas y la cantidad de gente afectada.
También recuerdo un incendio del año 79, en el que hice la inspección del lugar, y vi que en la terraza había luz. Me asomé y había una señora mayor con su hijo de 36 años con síndrome de down. Me dijo ‘a mi hijo no lo quiero dejar’, y pudimos sacar a los dos. Lo recuerdo como si fuera hoy.

¿Por qué cuarteles pasaste durante tus años como bombero?¿Por qué cuarteles pasaste durante tus años como bombero?
Estuve en todos lados, en Villa Crespo, en Parque Patricios, en Recoleta. También en Belgrano y el cuartel central, que está en el centro. Allí llegan todo tipo de intervenciones. Abarca todo lo que sería centro y microcentro, Balvanera; esa zona es muy completa desde el punto de vista operativo porque incluye los accidentes de subte,

¿Cómo son sus días hoy ya retirado de la profesión?
Voy a visitar a los compañeros de vez en cuando, porque quedan sentimientos. Fue difícil la decisión, porque fueron muchos años y no es un trabajo fácil. Uno no sabe cuándo vuelve a la casa, no se duerme bien y además, al tener muchas personas a cargo debía ocuparme de muchas otras cosas también. Pero bueno, ahora me toca disfrutar.

¿Cómo sería una jornada laboral en un cuartel?
La jornada es de 24x48 horas, el hombre entra de guardia a las 8 de la mañana y sale a las 8 de la mañana del día siguiente.
Dentro del cuartel se realizan actividades prácticas, operativas y teóricas; siempre dependiendo de los llamados de emergencia.
Según la jurisdicción correspondiente, se estará atento a la emergencia que pudiese ocurrir en la zona.

Así como nombraste experiencias que te hayan marcado, ¿cuáles fueron las que te dejaron alguna enseñanza o recuerdo grato?
Y hay muchas que no son gratas por la desgracia, pero hay muchas intervenciones que gratifican, como un salvamento por ejemplo.
O de pronto un incendio en un hogar, en el que la persona piensa que va a perder todo y sin embargo, con nuestro trabajo la persona pierde menos de lo esperado o no pierde nada.

Lo que es importante es no dudar en llamar a los bomberos, porque es preferible que sea un mal menor antes que un mal mayor. Asique, ante cualquier duda o problema lo mejor es llamar
a los bomberos.