Revistas de Monte Castro


Revista Nº 69


Revista Monte Castro Nº69

NOTAS:



Ebenezer Smith, Jefe de la Comuna 12 de Nueva York, visitó Monte Castro y evaluó nuestro Centro Comercial,
a la vez que sugirió mejoras y contó su experiencia en Estados Unidos. Un invitado de lujo.

¿Qué le parece Monte Castro y su centro comercial?

Me da un poco de nostalgia porque me recuerda a la calle Conde, de allá de República Dominicana. Esa era la calle principal del Centro Comercial a Cielo Abierto. En esa época eran calles con las tiendas principales. También me hace acordar a la Clinton Street, cerca del Manhattan Bridge.

¿Cómo trabaja el centro comercial en su comuna de Nueva York?
Yo trabajo con el centro comercial pero soy District Manager, es decir, trabajo con todo el distrito en el que viven aproximadamente 200.000 personas. Trabajo con empresas, hospitales, universidades, comerciantes, residentes, colegios, instituciones religiosas…

¿Y qué temas ha trabajado puntualmente con los comerciantes?
Lo que me piden es ayuda por los vendedores ilegales, lo principal en el BID (BID: Business Improvement District o sea distrito de mejoramiento comercial, que sería lo que llamamos Centro Comercial a Cielo Abierto. Porque los vendedores clandestinos ensucian la vereda y el Departamento de Sanidad multa a los comerciantes. Ahí también se ponen anuncios de distintos clubs y fiestas y multan a los comerciantes cuando ellos no son los que los colocan. Los vendedores ilegales ocupan la calle, ensucian y también entorpecen el flujo normal de los peatones en la vereda. Hay mucho que trabajar porque los vendedores te conmueven al decir que tienen que alimentar a su familia, pero que están violando la ley y también metiéndose con otras familias.

De lo que vio en el centro comercial, ¿qué le pareció la degradación del espacio urbano por no tener un BID conformado con recursos y financiamientos en Buenos Aires?
Me choca un poco que no esté conformada la responsabilidad de lo que tiene que hacer el Gobierno y que no se haya formado la asociación entre Gobierno y comerciantes. No hay una organización municipal que se encargue de mantener las calles: en Nueva York hay un Departamento de Transportación que se encarga de los cordones, las veredas y las calles, de lo que es dueño y guardián. Aquí en Buenos Aires no hay responsabilidad municipal que trabaje para que las veredas estén en condiciones y garanticen la seguridad del peatón.

Usted mencionó que los vendedores ilegales son la principal problemática. ¿Qué otras dificultades se trabajan?
La suba indiscriminada de la renta.  Hay negocios que tienen que cerrar porque cuando se termina el contrato de alquiler los dueños suben casi el doble el costo de la renta.
La ganancia que obtienen para pagar el alquiler, la electricidad y otras cosas, era buen negocio. Ahora ya no porque si te dicen que tienes que pagar U$S 10.000 cuando pagabas U$S 5000 y mantienes el volumen de venta, significa que hay que cerrar.
Es un problema serio en Nueva York.

-¿Cómo continúan el trabajo con estos 16 chicos que forman la Selección Nacional Junior?
-Estamos buscando el espacio para competir de forma internacional. Vamos a participar de un campamento internacional con la Selección de Perú y también vamos a participar del Torneo Sudamericano en diciembre. Nuestro objetivo es ir potenciando a los chicos. Si alguno levanta su nivel lo vamos a tener en cuenta para la Selección Nacional.

Otro de los temas importantes son las regulaciones de salud, que son nuevas.
Hay inspecciones y nuevas evaluaciones en los resturantes, pero lo que sucede es que terminan siendo injustas para los locales latinos, que no entienden el idioma y no se capacitan. Entienden las reglas a medias y no las cumplen todos los días.

De acuerdo a lo que usted trabaja en Nueva York, ¿qué podría aportar para hacer crecer el Centro Comercial?

Primero sugeriría una mejor comunicación con el Gobierno Municipal, quien debe asumir la responsabilidad que tiene. Si los comerciantes tienen el deseo de tener un BID, hay que trabajar en eso. He oído la palabra subsidio y yo no lo recomiendo, primero porque es una carga para el Gobierno y segundo, porque si lo quitas, la persona no puede seguir sola. Sugiero que los dueños de propiedades tienen deseos de tener un BID es tener un impuesto permanente o, en todo caso se estudie cada situación. A veces los países latinoamericanos quieren copiar los modelos norteamericanos y no funcionan porque evidentemente no es la realidad de nosotros. Si estudiamos el BID y se resuelve que los dueños paguen un poco más, un monto extra que sea sólo para el BID de Monte Castro y se invierta sólo en este barrio. El BID que tiene mucho dinero puede hacer muchas cosas, el que depende del Gobierno tiene que esperar.

Ebenezer Smith
Yamil Asad

Yamil Asad está dando sus primeros pasos como futbolista profesional de Vélez y es una de las tantas promesas de
la categoría 94 del club. Desde chiquito vivió en Monte Castro y reconoció: "El centro comercial se amplió y hay más movimiento".


La familia Asad es vecina de Monte Castro hace años ya, y, ahora, tienen un nuevo protagonista entre ellos: Yamil.

Con 19 años, ya dejó de lado el ser “el hijo del Turco” y va formando su personalidad para jugar al fútbol  y también para ser en la vida.

Yamil ya debutó en la Primera de Vélez y tiene todo un futuro por delante. Otra joyita del barrio.

Seguramente te habrá pesado ser “el hijo de…”
Sí. Cuando era más chico sí y sufría mucho porque la gente hablaba sin saber, pero ahora de grande fui tomando responsabilidades y ahora estoy demostrando porqué estoy donde estoy.

¿Viviste siempre por el barrio?
Sí, desde los siete años que estoy acá. Antes vivía en Liniers, pero todos mis recuerdos los tengo acá.

¿Toda tu vida fue en Vélez?
Desde los siete, es decir, desde chiquitito que estoy en el club. Además también hice la escuela, así que sí, todo lo hice en Vélez.

¿Y tu perfil futbolístico?
Yo arranqué de delantero, me fueron tirando para atrás hasta que encontré mi posición de enganche.
Hoy estoy jugando como doble cinco pero me siento más cómodo jugando de enganche.

¿Cuán significativo es jugar con tus amigos? Es un caso muy poco visto el que se da hoy en Vélez con la categoría 94…
Hoy resaltan mucho eso, estamos muy contentos porque somos como 14, 15 de la misma categoría y más que compañeros somos amigos.
Estar en el vestuario, en el día a día con ellos, que los conozco de toda la vida, me da tranquilidad y confianza.
Es muy difícil que se rompa este grupo porque es muy lindo.

¿Qué consejos te da tu familia? ¿Y tu papá?
Ellos estuvieron siempre conmigo apoyándome en los malos momentos y por suerte pude contar con ellos cuando lo necesité. Hoy en día, gran parte de mi presente es gracias a ellos.


Mi viejo siempre me aconseja de fútbol. El lo vivió como jugador, ahora como técnico y respira fútbol todos los días. Yo trato de escucharlo porque mal no le fue… (risas).

¿Qué sensaciones te dejó tu primer partido? ¿Sentís que maduraste desde aquél entonces hasta ahora, que estás teniendo más rodaje de la mano del Turu Flores?
No sé si desde el debut, pero en los últimos años de mi carrera crecí mucho, pero sé que me queda mucho más todavía. Me siento contento por mí y por el progreso.

¿En dónde notaste los cambios? En lo físico, táctico, lo mental…
Más que nada en lo mental. Hice un cambio muy importante en mi vida, en donde decidí qué iba a hacer, que por suerte lo realicé a tiempo y acá estoy. De chico hacía mucho lío, me costaba mucho ir a entrenar, ponerme las pilas y ser responsable, pero creo que hoy estoy mejorando mucho eso.

¿Qué pasa por tu cabeza cuando entrenás? Que viajás, que vas al banco, que te ponen, que no…
Hoy no tengo nervios ni ansiedad, es una característica mía que me suelen destacar. Entro a la cancha muy tranquilo y sereno, en Vélez hice todo y ahora es mi momento de devolverle una partecita de lo que me dio.

Y ahora, ¿cómo es caminar por el barrio?
El barrio está muy lindo porque creció mucho, el centro comercial se amplió y encima, va más allá de Jonte porque en las cuadras cercanas también hay negocios. Hay más gente, más movimiento, está todo más lindo.

¿Y qué me podes decir del momento de Vélez? Justo tocó un momento complicado…
Yo ahora lo vivo bien por mi situación personal,  contento porque tengo la posibilidad de defender los colores. En lo colectivo mal, porque durante los últimos cinco años Vélez viene de hacer campañas estupendas y esta racha es negativa, pero hay que apuntar con todo al semestre que viene.

¿Cómo es tu vida ahora?
Y, con los pro y los contra del jugador. Uno tiene que resignar muchas cosas que los demás no saben, porque lo que ven es lo que se hace cada fin de semana. A veces uno se pierde cumpleaños, festejos, salidas con amigos, pero a la larga todo da su fruto.

¿Y en vistas al futuro?
Espero que el semestre que viene podamos ganar algo con el club, sería muy lindo salir campeones y aprovechar estos seis meses que Vélez no tiene doble competencia.
Fabián Volonté

Fabián Volonté, excombatiente de Malvinas de 51 años, contó lo que vivió en abril de 1982 mientras luchaba contra los ingleses por la propiedad de las islas. Además, afirmó que “el Estado estuvo ausente” y que donde se siente más reconocido es en el estadio de Floresta.

¿Cómo fue el llamado a la guerra?
Yo hice el servicio militar obligatorio en 1981. Me dieron la baja en marzo de 1982, cuando pasó lo de Malvinas yo estaba en mi casa. Yo pertenecía a la compañía de Comunicaciones Mecanizadas 10 en Palermo y como la clase 63 todavía no tenía conocimientos de armas y esas cosas, decidieron dejar a la que recién había salido, o sea a la mía (1962). El 8 de abril me llegó una cédula de la compañía en la que había prestado servicio, que decía que me tenía que presentar y me reincorporaron. Allí me dieron mi fusil, mi vestimenta, me volvieron a cortar el pelo y me entregaron mi armamento, a la vez que me instruyeron para partir a Malvinas.

¿En ese momento te diste cuenta en dónde te metías?
No, para nada. Yo tenía 18 años y no sabía que iba a vivir a una parte del infierno. Tenía ímpetu y muchas ganas de salir a llevarme cosas por delante, pero la guerra es otra cosa.

¿Y con qué te encontraste?
Me encontré con la guerra que no se ve en la televisión ni en las películas. Allí se ve la miseria, la supervivencia, la traición. Que te roban comida, que te importa más tu vida que la de tu compañero, que lo ves sufrir, morir, y sentís el miedo. Todo eso hace que vivas una realidad en la que tu vida depende sólo de vos.

¿Qué te llevas de esa experiencia?
De haber estado en la guerra me llevo el título de honor de haber podido defender al país contra los ingleses, de haber dado mi vida por Argentina sin esperar nada a cambio. Éramos soldados que cumplíamos un servicio, nadie nos pagaba. Me llevo haber madurado de golpe y haber perdido más rápido la sonrisa por haber vivido situaciones límites. La guerra y la posguerra dejaron huellas que no se borran nunca más.

¿Te costó recuperarte una vez en tu casa?
Yo siempre recuerdo un hecho de la primera noche que volví a casa. Yo vivía en Ramos Mejía y había un avión que solía volar bajito. Cuando lo escuché mientras dormía, instantáneamente me tiré debajo de la cama buscando un refugio… yo ya estaba durmiendo en la cama, pero acostumbrado a dormir en trincheras o en el suelo, fue algo terrible. Luego mi familia vino y me dijo “tranquilo que estás en casa”.

¿Y cómo hiciste para volver a tu vida?
Tengo la buena suerte de tener una familia que me contuvieron enseguida, me dijeron que la guerra había sido una experiencia de vida pero que la vida sigue; que tenía que formarme para poder ser lo que soy hoy. No es el caso de algunos de mis compañeros, que se suicidaron o que no se pudieron encausar.  Eso fue por culpa de un estado ausente, que jamás estuvo desde que volvimos de la guerra.

¿En todas las etapas?
Sí. Yo formo parte de una asociación, justo acabamos de hacer una denuncia a una ley que exigía estudios médicos todos los años a los excombatientes de Malvinas, tanto físicos como psicológicos para ver en qué situación se encontraban porque esa ley acá nunca se cumplió. Los militares tienen como misión ir a la guerra, en cambio nosotros cumplíamos órdenes que eran obligatorias para dar servicio a la patria. Jamás nos preguntaron si comemos bien, si dormimos… muchos no se pudieron insertar luego de volver y la posguerra se volvió un hecho traumático más que la guerra misma.

¿Tenés muy presente la guerra? ¿O sólo cuando la traés a colación cuando te preguntan?
La guerra no se te borra nunca más. Por suerte pude canalizarlo dando charlas a escuelas y a universidades, pero se me vuelven en imágenes. Cuando veo videos o noticias, recorro los lugares en los que estuve en 1982, me aparecen flashes de dónde estuve en cada momento. No se le borra a nadie, a todos les pasó lo mismo que a mí.

¿Tuviste miedo de morir?
Es constante. La guerra te cambia todo de un momento para el otro. Yo tuve la buena suerte de que el enfrentamiento nos pasara por el costado. Al ser de comunicaciones, estábamos un poco más resguardados. Que te caiga una bomba a 50 metros te hace temblar todo y pensás que la próxima te toca a vos… Así fue como un compañero nuestro murió, que estaba hablando con nosotros y se fue y un avión le tiró una bomba y lo mató.

¿Sabían lo que pasaba en Buenos Aires?
Al ser de comunicaciones, estábamos un poco enterados de lo que pasaba. Igual el Gobierno distorsionaba todo. Nos decían que íbamos ganando y un día, de golpe, perdíamos la guerra. Los bombardeos los teníamos a 300mts y tuvimos que rendirnos y terminar todo. La guerra se perdió por muchos factores, pero más que nada por la logística. Más allá de ponerle todo el patriotismo, no alcanzaba. Hicimos una guerra excelente, terminamos peleando cuerpo a cuerpo con los ingleses.  Tampoco teníamos recambio de tropas, estuvimos todos en los mismos lugares desde que empezó hasta que terminó el conflicto bélico.

Los ingleses combatían 24 hs y descansaban otros dos días: eso con nosotros no pasó. No había helicópteros para transportar ropa ni comida porque estaban roto, la ropa no era la adecuada… Si me preguntas si hubiéramos ganado la guerra con la logística en regla, te digo que no. Inglaterra desplegó 120 barcos, hubieran llegado de cualquier manera, para mí se perdía de cualquier manera. Que Estados Unidos no se aliara al TIAR fue un factor determinante, les dieron armas a ellos. Además Chile, que les vendieron sus tierras, cuando nosotros fuimos los que liberamos su tierra de los españoles.

¿Qué sentís a medida que pasan los años? Tristeza, bronca, agradecimiento por estar vivo…
Sí, agradecer obvio. Dios puso la mano con muchos de nosotros, si Malvinas seguía, terminábamos todos muertos.  La bronca fue más que nada en la posguerra, el hecho de no haber sido reconocido en su momento y tampoco ahora. Nosotros que fuimos a defender la Argentina no fuimos tratados como otros actores, que fueron resarcidos con cosas que nosotros todavía no pudimos lograr. Ningún político escribió leyes para nosotros, las que hay las hicimos los excombatientes.
La pensión la votaron a la fuerza porque sino quemábamos el congreso. Cuando volvimos no teníamos nada, ni servicio médico, ni reinserción laboral, no teníamos idea de lo que nos podía pasar y tuvimos 100 suicidios. Hoy en día seguimos peleando contra el Estado, que estuvo ausente y hasta 2004 tuvo 400 suicidados, y los sigue teniendo. Sufrimos el abandono.

¿Cuál es la opinión popular? ¿Sienten el apoyo de la gente?
El apoyo siempre lo tenés, Malvinas es un tema picante para Argentina. Lo que sí, hubo un proceso “desmalvinizador” desde Alfonsín. En las escuelas se dejó de hablar, todo se ocultó, no se festejaba el día del excombatiente, lo tuvimos que poner nosotros por decreto. Fue una guerra que puso en jacke a todo el país, yo me llevé 38 mil personas para representar en el combate. Ahí me pregunto, ¿la gente se olvidó de todo? La gente se desinteresó, pero el argentino es así.
Por eso estamos como estamos, nunca podemos admitir nuestros errores para que las cosas no vuelvan a pasar.
En el 1983 psicólogos que estuvieron con soldados después de Vietnam se ofrecieron a ayudarnos y acá no los quisieron, muchos compañeros llegaron a su casa y se mataron… Es un tema muy puntual. Cuando se mata el primero preocupa, pero cuando ya van varios, hay que reclutarlos a todos y ver qué pasa. En Malvinas nadie se hizo cargo de los que nos pasaba, fuimos nuestros mejores médicos y psicólogos. Sabemos como ayudarnos.

¿Ahora cómo es tu vida?
En lo personal es muy buena. Me pude casar y formé una familia con dos hijos, Tomás y Delfina. En la parte laboral hace 32 años que tengo este taller y por suerte pude hacerme un nombre. En lo que tiene que ver con la guerra, que traté de involucrarme para ayudar a los compañeros que estaban mal, soy un tipo muy apreciado dentro del núcleo de los excombatientes, que aunque estamos divididos, somos 14 más o menos que dirigimos todo. Yo soy uno de ellos.

¿Cuál es tu deseo con los excombatientes, el estado y la sociedad?
Para los excombatientes es que todos estén bien de salud, porque se nos están muriendo tres compañeros por semana y somos jóvenes. Con respecto al gobierno, vamos a seguir peleando por nuestros derechos hasta que obtengamos todo lo que necesitamos. Y la sociedad, esperamos que se adentren más en Malvinas, porque aún no nos ha aplaudido de pie.

En uno de los lugares que más cómodo me siento es en la cancha de All Boys, en donde damos la vuelta y nos aplauden de pie, mientras que la gente nos canta que quiere matar a un inglés. Allí me siento comprendido, contenido y feliz.
A través de la Asociación de Comerciantes de Monte Castro mediante gestión de solicitud a la CAME-FECOBA para darle continuidad al Convenio con ATACYC se retomarán los planes de cuotas sin interés para los clientes del Centro Comercial los últimos lunes de cada mes.

Los comerciantes que participaron anteriormente de esta acción en algunos casos superaron los limites de créditos disponibles para esta acción y en promedio hubo un incremento adicional de las ventas con este sistema de un 150 % en volumen a través de este dispositivo (solo se cuenta las ventas adicionales por el sistema. No en pago en efectivo).

Por su parte, los clientes del Centro Comercial encontrarán un oxígeno hacia su bolsillo en la última semana de cada mes donde el nivel de gasto disminuye hasta la espera de cobro del próximo sueldo.

Con esta acción se le brindará al consumidor la posibilidad de financiar su consumo en cuotas a los fines de incrementar sus opciones de gasto en el Centro Comercial Monte Castro.

Los días en que se realizará la acción son:

JUNIO: lunes 30
JULIO: lunes 28
AGOSTO: lunes 25
SEPTIEMBRE: lunes 29
OCTUBRE: lunes 27
NOVIEMBRE: lunes 24

Todo en 6 cuotas!