Revistas de Monte Castro


Revista Nº 73


Revista Monte Castro Nº 73

NOTAS:



Luis Duarte es un escritor que vive actualmente en el barrio y, luego de ganar el concurso literario de fin de 2014, lanzó “Fósforos gemelos”, su segundo libro. El escritor contó sobre su producto y también sobre lo lindo que es vivir en Monte Castro.

¿Cuál fue la iniciativa de escribir este libro?
Es mi segundo libro, vino la iniciativa porque tenía mucho material acumulado. Se dio por una circunstancia donde tuve muchas horas para escribir, aunque no te podría decir qué fue lo que me detonó. Siempre escribí para mí, pero al menos se necesita un lector. “Fósforos gemelos” tiene ese nombre porque una vez que fuimos a Villa General Belgrano, el chico que atiende el complejo me contó que hace unos años encontraron en un dique un auto hundido con dos personas adentro.
Con el tiempo se reveló que eran padre e hijo y que como el padre sabía que el hijo tenía una enfermedad terminal, decidió quitarse la vida. Me pareció una historia asombrosa y decidí llevarla a la ficción en mi libro.

Hablando específicamente del barrio, ¿qué me podés contar de lo que te gusta de vivir acá?
Acá vivo desde el 2000 (vivía en Banfield), me encanta todo. Toda la zona de casas bajas, la historia de Roberto Arlt, que justo se da que era escritor. Recorro mucho los bares y las plazas, en mi libro hablo sobre la calesita de Don José y también de Roberto Arlt, un poco a modo de homenaje a los dos. Tuve la oportunidad de conocer a Don José, tiene mucho carisma y mucha magia. Cuando escribí el cuento se lo llevé, le dije que no me quería privar de hacerle el homenaje en vida y me dijo que le encantó y entablamos mucha buena onda. Aún no le llevé el libro, en el que también hablo del bar Entre Aromas, y de la librería Cassasa y Lorenzo. Me gusta caminar el barrio y ver qué historia hay por contar.

¿Qué fue lo que lo impulsó a hacer este tipo de historias?
Y tienen distintos orígenes, que me cuentan o que veo… Abro ventanas desde lo real porque me gusta lo absurdo, me gusta trabajar con mis personajes al extremo.

Las historias no tienen algo fijo de dónde agarrarse, sino que hay algo que atrae de lo real.

¿Tiene pensado hacer algo más en el futuro?
Sí, estoy escribiendo una novela hace cinco, seis años. Es muy distinta a hacer un cuento, por eso estoy aprendiendo, hago taller literario. Tengo muchísimas páginas ya, pero es algo inabarcable. Tengo otros treinta y pico de cuentos inéditos que pienso publicarlos en un nuevo libro.

¿Qué sensaciones le dejó haber ganado el concurso de Monte Castro?
Una satisfacción enorme. Ya de entrada me gustó la convocatoria de hablar sobre el barrio. Pero sobre todo conocer a la Asociación, a Damián (Di Pace). Es difícil ubicar las cosas en palabras cuando ganás algo, son sensaciones internas. Pero a su vez son mimos y caricias para seguir adelante. La historia habla de Don José, de Roberto Art, de All Boys… es un cuento emotivo y me alegra que lo hayan designado ganador.

Luis Duarte

Diego Ceballos, director de “Fusilados” es camarógrafo de canal 13 y estudió cine con especialización en documentales. Hace ya más de diez años (diciembre de 2001) el muchacho se interesó por lo ocurrido en Floresta con Maxi, Cristian y Adrián y decidió hacer de esa historia, un documental que es el himno y bandera de un barrio que luchó por justicia.

¿Por qué Fusilados?
Estaba interesado en buscar nuevas ideas, algo que le gustara a la gente. Soy un convencido de que las ideas te encuentran a vos, no que vos las buscás. Por experiencia propia te lo puedo afirmar, esta idea me encontró a mí, coincidía con mi idea de documental, con lo que estaba pasando en el país, la crisis del 2001, ¿no? El tema era elegir la historia y cómo contarla, porque habiendo tanto para decir, como movimientos piqueteros, cartoneros, fábricas recuperadas y demás, me encontré con la masacre de Floresta. Leí diarios, vi notas por la tele y escuché por la radio sobre el suceso, me interesó mucho, aunque lo que me definió fue ver carteles pegados sobre una marcha que se iba a hacer. A la primera fui sin cámara, ya se habían hecho varias marchas y la verdad que me conmovía ver la polenta que le ponían las familias. Cuando vi toda esa movilización, me di cuenta de que quería aportar para que toda esa movida llegara a juicio, haciéndolo visible porque era muy complicado por tener que ver con una fuerza de seguridad.

Yo no me presenté nunca como alguien que quería hacer un documental, por una cuestión de respeto me fui acercando a amigos para que me brindaran material. Los acompañé durante todo el proceso, hasta que un día, para la sorpresa de todos, salió el juicio oral y cambiaba mi objetivo inicial, por lo que había que contar ese juicio. Estuve todos los días hasta que salió la sentencia. Agradezco al barrio por todo el apoyo, fue algo muy fuerte. Cuando fue la marcha de agradecimiento me acerqué y les propuse a las familias contar la historia a través de mi documental. Les pareció bien así que es así que pude montar mi historia, que mostraba la violencia institucional.

¿Estuviste solo en la realización?
No, lo hicimos con un equipo de trabajo, que está conmigo en el canal. Somos compañeros y amigos, que tenemos ganas de hacer cosas fuera del trabajo sin pedir nada a cambio.

Las personas iban cambiando de acuerdo al momento de la grabación y también a lo que se necesitaba, pero todas las decisiones eran consultadas y habladas.

¿Cómo fue el recibimiento de la gente cuando se proyectó en diciembre?
El estreno fue en El Corralón en Floresta, en 2006. Antes había visto el documental con las familias primero porque es puramente suyo. En El Corralón hubo mucha gente, fue al aire libre y era muy fuerte, porque ante 200, 300 personas –entre las cuales estaban amigos y familiares- se vivió mucha emoción. Diez años después me pasó lo mismo cuando se proyectó en All Boys. De todas maneras me hice aun lado, porque los que tenían que hablar eran los mismos familiares.

¿Te marcó hacer este documental?
Sí, me afectó. Entrás siendo uno y salís siendo otro, tiene que ver con un aprendizaje desde lo narrativo y demás, pero fundamentalmente desde lo personal. En ese recorrido terminé afectado.

Fusilados

Mónica González, esposa de José María Listorti, contó cómo es vivir en un barrio que está más bien alejado de lo que es la locura de la gran ciudad. Con toda una vida en Villa del Parque y Devoto, Mónica afirmó: “Me gustó el lugar, me gustó la gente, así que decidimos quedarnos acá”.

¿Vivieron siempre en Villa del Parque ustedes?
En realidad somos de Devoto, ya que vivimos cruzando Beiró, pero Jose nació prácticamente en Villa del Parque, vivió toda su vida acá. Cuando se mudó soltero, lo hizo a un departamento en Villa del Parque, siempre buscamos por la zona porque a él le gustaba el barrio y tiene todos sus amigos acá. En el momento en el que me puse de novia me vine a vivir con él, me gustó el lugar, me gustó la gente, así que decidimos quedarnos acá.

¿Conocen Monte Castro?
Jose sí, yo no tanto, porque como ando mucho con el nene prefiero andar por estas zonas, más tirando por Devoto y Villa del Parque. Jose sí conoce la zona y también le gusta.

¿Qué les atrae de la vida de barrio?
A los dos nos atrae el saber que salís y ves caras conocidas, los vecinos de siempre, gente grande que tiene sus hijos y sus nietos y todos nos encontramos, viendo cómo se van desarrollando sus vidas. Vas a la plaza y te encontrás con los papás de tus amigos, con los papás de los amigos de tus hijos, es como una gran familia y eso me gusta. Además lo cotidiano de tener esa bicicletería y zapatería del barrio, ver esos negocios que están hace años y que los maneja la misma gente.

Es conocida la fama de Jose, pero ¿vos cómo lo llevás desde que te disparaste en el Bailando? ¿sentís que si estuvieras en otro barrio la exposición sería mayor?
Nunca me di cuenta de eso, la exposición la siento cuando salgo del barrio, cuando voy a lugares con gente que no conozco. Acá la gente que me saluda es la que me conoce desde siempre, desde antes del Bailando e incluso desde antes que me case. Sí cuando salgo o voy a otro lado me dicen “te conozco de algún lado…” y ahí uno se da cuenta de que hubo un impacto importante, pero en mi vida cotidiana no lo noto.

¿En qué estás trabajando?
Bruno todavía es bebote, cumplió un año, y ahora recién voy a empezar a reinsertarme para ponerme en forma, volver a tomar clases de baile, y ver si audiciono de vuelta para alguna obra de teatro o algo.
Lo que tenemos como familia es que nos complementamos, al Jose tener tanto trabajo de golpe, soy yo la que tiene que quedarse más en casa. Cuando Jose tiene menos laburo trato yo de reinsertarme porque sino la familia queda sin brújula, los chicos necesitan llegar a casa y que estén sus papás.

Yo siempre me lo tomé más relajado porque no estoy acostumbrada a la exposición como Jose.

¿No estás acostumbrada porque no te gusta o porque no es algo típico de una bailarina?
A mí me gusta todo lo que tenga que ver con la actuación y el baile, lo que conlleva esa exposición –no de que te saluden en el barrio, sino esa exposición mediática- que es como la de Jose, que es muy fuerte, no tanto, porque si dice o tuitea algo todos se enteran. Ese tipo de exposición me abruma, me siento muy invadida. Si sos famoso es una consecuencia, es algo que sí o sí viene y eso me asusta a veces.

¿Cómo manejás ese tema con los chicos?
Ellos lo llevan bien porque el grupo de amigos lo tratan como un igual. Saben que el papá trabaja en la tele, pero todavía son chicos muy chiquitos, tienen cinco años, por eso es que aún no toma dimensión de lo que es el papá. Le parece normal que trabaje en la tele o en el cine y que lo vean y lo conozcan… Con el pasar de los años se irá dando cuenta y acostumbrando.

¿Qué se viene para el 2015 entonces?
Tengo ganas de volver a bailar, pero los nenes me tiran. El tiempo pasa, los chicos crecen rápido y yo soy joven, así que de a poco se acomodarán las cosas.

Mónica González

Silvia Cao, directora de la escuela Alejandro Aguado desde 2010, contó sobre lo que pasa puertas adentro y cuáles son los objetivos primordiales de la institución que hoy cuenta con 630 alumnos entre los turnos mañana y tarde.

¿La escuela sufrió cambios con los años?
Me refiero al método de enseñanza… Sí, cambió. La esencia sigue siendo la misma, el objetivo q se plantea es el mismo hace años.
La visión del alumno también cambió, antes era una bajada de línea, algo más hegemónico. Ahora lo que se busca es crear un alumno que sea autocrítico, pensante, que resuelva las cosas por su propio método, poder pensar y reflexionar y que no sea tan repetitivo. Todos antes aprendían de la misma manera y todo se resolvía de la misma forma, ahora q el chico construya su propio aprendizaje.
La comunicación cambió mucho, ahora tenés todo al alcance de tu mano, hay más acceso a la información, aunque eso no significa que la educación sea mejor, es algo contradictorio, porque los logros no son los mejores.

¿Y a qué creés que se debe eso? ¿La exigencia disminuyó?
No. La escuela exige de acuerdo a lo que puede exigir, depende del grupo que vos tenés, cambiará la altura de la vara.
Creo que a su vez el tema de tener todo tan fácil hace que el chico no pueda hacer un buen uso de eso. Eso corrió el interés de leer y de profundizar.
La sociedad cambió y hoy en día está la necesidad de trabajar porque te tenés que mantener, por lo que hay menos tiempo de dedicación de los papás al trabajo de los chicos en la escuela, no porque no se quiera, sino porque no se puede. Eso se nota.

¿Les cuesta estudiar a los chicos?
No a todos. Hay chicos que ves que se esfuerzan, pero somos todos distintos. A algunos les cuesta y se esfuerzan, pero hay otros que ves que tienen la capacidad y no lo hacen. Les está costando más. Hay muchos chicos con problemas de conducta, con problemas emocionales, hace años atrás no se veía todo esto porque no era común.
Lo mismo pasa con los padres divorciados, es un factor común. Se notan más problemáticas, muchos chicos con certificados de discapacidad y con acompañantes terapéuticos, cosa que antes no se solía ver.

¿Cómo trabajan el sentido de pertenencia con el barrio?
Vamos variando de proyectos, en una época trabajábamos con un centro de jubilados, venían del coro y también a leer.
En el lateral del jardín hay murales y en 2013 se hizo uno que tuviera que ver con el barrio, por eso hay uno de All Boys, uno del Fortín, que son íconos del barrio. Trabajamos con la escuela de danza y vienen en el día de la tradición a bailar folklore. Tratamos de interrelacionarnos con las instituciones del barrio para mantener un lazo.

¿Cómo se viene el 2015, en todo aspecto?

Uno apuesta a que la educación que brinda la escuela sea de buena calidad, que se pueda contener a las familias y a los chicos. Nosotros tratamos de mantener el proyecto educacional, de trabajar con instituciones del barrio porque apuntamos a crear cultura y a inculcársela a los chicos, a la vez que intentamos que los padres acompañen, ya que solos ninguno de los dos puede.

Escuela Aguado


La LOC 1777 en su artículo 32 inciso b determina que los miembros de Junta Comunal responsables de cada área deben presentar un plan de acción anual y su correspondiente cálculo de gastos.
De esta manera, en los últimos años las diferentes entidades y vecinos de la comuna 10 se vienen reuniendo periódicamente para evaluar las necesidades de los diferentes barrios.

Dentro de las prioridades presupuestarias y de obras y servicios públicos que el CCC10 ha elaborado desde su trabajo territorial y a través de sus comisiones y secretarías, con absoluta autonomía de la Junta Comunal para el barrio de Monte Castro entre algunas de las prioridades se encuentran:

a- Complejo Cultural del barrio de Monte Castro (construcción en Ex Pepsi: expediente 03222488/13);
b- Remodelación Plaza Monseñor Lafitte (expediente 03430559/13 y antecedente 3204864/13);
c- Semáforos en la Comuna (expediente 040072340/13 y antecedente 02027029/13 y 2717491/12 );
d- Señalización estacionamiento mano izquierda (expediente 040072219/13 antecedente 829628/13);
e- Poda anual (expediente 04072020/13 y antecedente 2679366/13);


f- Manteminiento y embellecimiento de Comercios Monte Castro (expedientes 2069031/13 y 3204864/13).

Para el caso de la obra de remodelación de la Plaza Monseñor Lafitte las obras se encuentran en ejecución actualmente.

Para el caso de mantenimiento y embellecimiento del Centro Comercial Monte Castro hay un proyecto de pedido de mejoras entre Joaquín V. Gonzalez y Segurola por Av. Jonte y de mantenimiento entre Segurola y Lope de Vega por la misma avenida.

Consejo consultivo

Mariela Scarone vivió casi toda su vida en las inmediaciones de Monte Castro. Integrante de Las Leonas, Maru contó que haber pasados sus días en un barrio como el nuestro le gustó mucho.

Mariela Scarone es integrante de Las Leonas, la selección argentina de hockey sobre césped. Jugadora de Ciudad, Maru, de 28 años, vivió más de la mitad de su vida en Monte Castro y fue al IEA de Villa del Parque. Pese a tener una vida repleta de viajes, medallas de oro, tener que pensar en un 2015 con Juegos Panamericanos y clasificación olímpica en la World League, es decir, todo lo que implica ser deportista de alto rendimiento, la muchacha se hizo un lugar, se sacó el chip y charló con la Asociación sobre su arista menos conocida.

Maru, contame sobre tus años de haber vivido en Monte Castro… La verdad es que me llevo muchos amigos, tengo muchos porque son de la secundaria. Siempre vuelvo al barrio, nos juntamos muy seguido por ahí. Tengo muchos recuerdos, porque además siempre me gustó el barrio, es un lugar muy tranquilo y me encantó vivir ahí. Ahora vivo en Villa Urquiza.

¿Cuánto tiempo viviste por acá?
Hasta el 2010, que mis papás se jubilaron. Vendimos la casa y nos fuimos a vivir a Ezeiza. Ahora me vine para Urquiza.

¿Qué es lo que más te gusta del barrio?
Que tenés cerca todo. Además como que conservas el espíritu de tener a tus amigos a unas cuadras, esa esencia bien barrial.

Pensando en lo deportivo, éste es un año con cambios…
Sí, la verdad es que hubo muchos cambios, pero es un año nuevo, largo. Hay cosas lindas para jugar, como los Juegos Panamericanos de Toronto y la World League y eso a uno lo motiva. Este año vamos a pensar en nosotras e intentar que lo que pasó y pase ahora no nos afecte para tratar de ganar lo que hay que ganar.

Maru Scarone