El Periodista, Abogado y Escritor realizó la presentación de su nuevo libro escrito en dos tomos, “Crímenes sorprendentes de la Historia Argentina” y “Crímenes sorprendentes de la Historia Argentina II”. Alrededor de 50 personas se acercaron el lunes 16 de mayo a Casassa y Lorenzo libreros, sobre la Av. Álvarez Jonte 4461, para la presentación de ambos tomos.

Canaletti sostiene que en sus dos tomos se encontrarán historias que “salen de lo común, en los libros no chorrea sangre” aunque sí tiene historias fuertes contadas desde cada época y agregó: “Elegí una historia por década del Siglo XVII, XIX, XX”. Cuando fue consultado sobre qué lo llevó a escribir estos libros confesó: “Cuando la historia es buena, no me importa la época. El Periodista es curiosos es todo sentido. Las ganas de escribir las tenía desde el 2008 y hay historias que nos atrapan y salen de lo común”.

Por otro lado se le preguntó si conocía algún hecho policial relevante en el barrio de Monte Castro, si bien no recordaba uno en particular, sí hizo alusión a la Masacre de Floresta, ocurrida el 29 de diciembre del 2001 cuando el policía Juan De Dios Velaztiqui asesinó a Cristian Gómez, Maximiliano Tasca y Adrián Matassa en la estación de servicio ubicada en Av. Gaona y Bahía Blanca. Destacó que en Argentina hay penas duras pero es difícil aplicarlas cuando la política también está metida en la justicia.

Ricardo Canaletti confesó que le gusta hablar de historias policiales y no de noticias, ya que las historias tienen un principio, un desarrollo y un final. Y que desde chicos solían contarnos historias. Ante el público presente en la presentación de sus libros, compartió sobre el “Petiso Orejudo”, el único asesino serial de la Argentina a quien le dieron prisión por tiempo indeterminado. Y también sobre cómo se definía al delincuente según César Lombroso (1835-1909), médico nacido en Viena. Quien estigmatizaba al delincuente por su color de piel, tatuajes y físico. Además comentó historias de mujeres desaparecidas en 1900 y las formas de investigar los casos según la época y el contexto de cada uno de ellos.

Cada una de estas historias y otros sucesos policiales relevantes desde el Siglo XVII hasta la actualidad se encuentran en los dos tomos escritos por Ricardo Canaletti.

El sábado 30 de abril se desarrolló una Jornada de historia del barrio de Monte Castro en el Salón Cincotta del Club All Boys.

Un gran número de vecinos concurrió a la Jornada para conocer más de la historia y desarrollo de Monte Castro. Dicho evento estuvo coordinado por Olga Ostuni y entre los exponentes, que desarrollaron distintos temas, estuvieron Ariel Carranza ( Cine-Teatro San Pedro, una historia en continuación), Carmen Estévez ( Carlos Estévez-“Petróleo”-, en Monte Castro: la revolución en el baile de tango”, Noemí Mantucci (El centro Cultural El Taller en Monte castro), Esteban Ricciotti (Proyecto Museo Club Atlético All Boys), Rossana Castiglioni (Planos y recorridos por la Memoria), Alejandro Maddoni (La Chacra de Castro: aspectos históricos y arqueológicos), Leticia Maronese ( La institución pionera: Escuela Monte Castro), Arnaldo Miranda ( De la Chacra de Quirno a los confines del Monte Castro), Francis Lagreca (memorias y recuerdos de vecinos: historia de un barrio), María Cristina Ribaudo (La asociatividad barrial: La Asociación de Comerciantes Industriales y Profesionales de Monte Castro), Adriana Vega (Proyecto “Aquí fueron felices”: los detenidos-desaparecidos de All Boys y Sonia Waisman (La calesita de Don José: calesita y establecimiento educativo).

Entre cada bloque desarrollado sobre Cultura, Historia e Instituciones y Memoria, los participantes pudieron tomar un refrigerio y conversar con los oradores.

Arnaldo Miranda dialogó con la Revista de la Asociación de Comerciantes de Monte Castro y compartió acerca de lo desarrollado en la Jornada. “Hubo una buena asistencia y oradores que siguen toda la historia de Buenos Aires. Es algo único en el mundo esto de la Junta de Historia. Son más de 45 las Juntas que representan a los 48 barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Este esfuerzo se hace con dinero propio de la Junta ya que no hay subsidio alguno, pero nos manejamos con los vecinos y el cooperativismo. Y agregó: “Es una alegría poder presidir la Junta Central la cual integro aún. Los barrios y las juntas realizan jornadas, congresos, simposios y es bueno para que los vecinos conozcan la historia y las investigaciones llevadas a cabo. La historia barrial permite penetrar en los detalles, darle color y calor humano a los grandes factos. Esta Jornada es la primera de los estudios de Monte Castro realizado por la Junta”, confesó Miranda.

Antonio Vicente Turco es un hombre muy querido por todos los vecinos de Monte Castro. A los 86 años se dedica a confeccionar portalápices y los regala a los vecinos, comerciantes y también han llegado a manos de los médicos de los Hospitales Gutiérrez y Garraham. Eso sí, todo lo hace de forma gratuita y como el confiesa entre risas: “para las chicas les armo con una base de corazón”. Antonio es caracterizado por su alegría, sencillez, humidad, no quiere ser reconocido por nadie. Para él todo lo que hace es como agradecimiento por todo lo que Dios le dio en su vida.

Antonio dialogó con la Revista de la Asociación de Comerciantes de Monte Castro y nos comentó cómo surgió esta pasión por las manualidades. “De joven me salvé de la colimba y a los 20 años comencé a trabajar en un taller mecánico y como me gustaba la artesanía le hacía los parches a los chapistas”, afirmó. Con respecto a los materiales que utiliza para armar los portalápices nos contó que consigue la “chatarra” que le da Simens o también va por herrerías y busca los materiales que les donan.

Por otro lado Antonio pasó por distintas situaciones difíciles pero pudo sobreponerse a cada una de ellas. Según nos confesó Dios le dio mucho y es por eso que demuestra ese amor dándole regalos a los vecinos sin pedir nada a cambio. También nos compartió sobre los apodos que le fueron poniendo sus maestros de la escuela y amigos como Siruña, Messi “me dicen que cuando hablo voy de aquí para allá y los vuelvo locos”, también Groncho “porque hablaba de manera atorrante y justo en ese momento salió –El groncho- entre otros”.

Con sus 86 años Antonio tiene muchas anécdotas, momentos buenos y malos que tuvo que atravesar, pero siempre tiene una sonrisa, está alegre y eso contagia a los vecinos de Monte Castro que tanto cariño le tienen.