Marcelo Cugliari, fotógrafo y vecino del barrio de Monte Castro, fue galardonado a nivel mundial dentro de los premios Sony World Photography Awards. La fotografía urbana titulada “#43”, tomada en el barrio de Villa Devoto en julio de 2017, compitió con más de 170.000 imágenes de diferentes regiones.

Un chico se reúne con su familia a modo de ritual. Sentados expectantes ante el estreno de una película que recopilaba sus momentos y salidas. Tal vez la trama no sea dramática y el argumento no sea digno de Hollywood, pero para ese joven Marcelo Cugliari, era mágico por captar los climas y el registro de su infancia. Ese fue uno de los primeros contactos que tuvo con el mundo de la fotografía y la cinematografía, ya que su padre era un aficionado. Cugliari padre compraba películas en Super8 y además sacaba fotos, algo que también generaba esa adrenalina alucinante que sentía Marcelo a la hora de revelarse las imágenes. Misma adrenalina que sintió al sacar “#43”.

Dentro de la categoría “Naturaleza muerta”, la fotografía atrapa un momento determinado en donde la claridad natural y la luz artificial conviven. . “Detrás de cada foto hay una historia”, comentó Cugliari, el cual le llamó la atención el silencio, la casita, las nubes y ese coche tapado que para él “representa la decadencia de la ciudad”. Fue un hallazgo toparse con esa imagen con cierto grado de misterio y como siempre tiene una cámara encima tuvo que plantar el trípode para que no se le escape ese momento. El objetivo de los Sony World Photography Awards consiste en establecer una plataforma para el desarrollo continuo de la cultura fotográfica, donde también se reconoce y promueve los talentos nuevos. Junto a Cugliari, Latinoamérica tuvo un gran protagonismo en Londres, donde se premiaron y expusieron sus trabajos. En la competencia National Awards participaron 70 países entre ellos Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú. Marcelo Cugliari también tiene en su trayectoria trabajos cinematográficos como director. Uno de los primeros fue un cortometraje llamado “El cesante” que esta basado en un Agua Fuerte del periodista Roberto Arlt, quien también anduvo por barrio de Monte Castro. Otros reconocimientos que tiene el fotógrafo es el primer premio del concurso “Patrimonio vivo” (2015), organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación, y una mención en “Gente de mi ciudad” (2017), competición organizada por el Banco Ciudad.

“La experiencia en Londres fue muy divertida y me sentí feliz de representar a la Argentina”, recalcó Cugliari quien estaba nervioso al principio y luego fue tranquilizándose ante una premiación que revalora su trabajo. Ahora el fotógrafo seguirá desarrollando su vocación y promocionando a diferentes colegas en la web www.fotografosargentinos.org

El 18 de mayo, en el marco del festejo por el aniversario numero 315 de Monte Castro, se proyectó El loco de los perros, un cortometraje que cuenta la historia de un famoso delincuente francés que vivió en el barrio durante los años setenta y las dificultades que tiene un joven estudiante de periodismo para reconstruir su pasado.

François Chiappe, un famoso capo mafia, traficante de armas y heroína, buscado por el servicio de inteligencia francés y estadounidense, vivió de incognito en el Barrio de Monte Castro en los años 60. En “El loco de los perros”, Lucas intentará acomodar las piezas del rompe cabezas para poder entrar en el diario del barrio.

Surgió a través del programa El Barrio cuenta su Historia que se dictó en el cine San Pedro, en un Taller de iniciación cinematográfica que la Fundación DAC dicta de manera libre y gratuita a los vecinos de las Comunas de la ciudad de Buenos Aires. La coordinación del proyecto estuvo a cargo de director Hugo A. Lescano (La Historia en la Arena, El Regreso, La Clínica De Los Santos), nacido y criado en Monte Castro.

El grupo de talleristas estuvo conformado en su mayoría por jóvenes interesados en el proyecto, que participaron de la etapa de formación audiovisual, documentación histórica, selección del proyecto de realización, su correspondiente escritura de guión y en la etapa de realización audiovisual ejerciendo diferentes roles. Dentro de esta tarea realizaron un trabajo de investigación para recaudar todos datos utilizados en el “docudrama”.

Los participantes fueron Kevin Graf, Micaela Mastronardi, Sebastián Carosio, Betania Meglio, junto con los actores barriales Claudio Bevilacqua, Eva Macri, el artista plástico Beto Paez, y la participación de Norberto Vozza (puesto de diarios), Carlos Filippo (atelier), Don José (calesitero), Carlos Rodríguez (periodista), Chiaro Capristi (vecina de Monte Castro), Roberto Sierra. “Fue un lindo proyecto y esperemos que estas propuestas sigan llegando a los distintos barrios”, expresó

Aunando Artes el nombre del proyecto de Cecilia Rodríguez, consultora psicológica y guía de las artes plásticas abstractas que se conectan con lo terapéutico. Se basa en un proceso de relación de ayuda las cuales brindan una serie de herramientas para experimentar en el lienzo de manera única.

En la terapia, la persona se expresa, a través de la oralidad, inquietudes o situaciones de toda índole. Dentro de Aunando Artes, si bien las palabras son importantes, lo que predomina es una acción en cuanto a los elementos que interpelan. “Hay muchas técnicas de la psicología que se desprendieron del psicoanálisis, hay distintas formas de aplicarlo”, comentó Rodríguez. Tiene de referencia a grandes exponentes de esta ciencia como el ensayista suizo Carl Jung y al psiquiatra Pichon Riviére, quien trabajó la psiquis social enfocada en la dinámica grupal.

“Dentro de la rama humanística se destaca el psicólogo Carl Rogers, que empezó a trabajar esta relación de ayuda descubriendo una simetría con el paciente”, explicó Rodríguez. Existe un límite en cuanto a lo que decimos y hacemos en determinados lugares y el psicoanálisis intenta romper con esas restricciones. La consultora comentó que existen personas que le resulta más fácil hacer un dibujo cuasi calcado que manchar una hoja. Esa es la primera barrera que cruza el arte abstracto.

El trabajo es terapéutico por añadidura, ya que en Anuando Artes se pinta bajo una consigna que despierta emociones, evidencias y recuerdos. “Los cinco sentidos se plasman en la obra y cada uno puede llevársela a casa”, detalló Rodríguez. La asociación realizada puede tener distintos significados que interpelan al sujeto, dentro de esta acción se utilizan todo tipo de elementos, como madera, piedra entre otros.

La consultora indicó que le atrae de la arte terapia por la capacidad de trabajar en prevención. En varios casos se cree que estas prácticas están específicamente relacionadas con las discapacidades, pero es un concepto errado. Cualquiera puede acercarse y sentirse atraído por otras formas de expresar.

Existe una rama literaria dentro de las jornadas temáticas que, llegado un momento, se cruzan. Al final del curso se les da a los participantes la opción de exponer sus pinturas abstractas en un espacio otorgado por el Ministerio de Cultura. Los integrantes de la literatura terapéutica se cruzan con los cuadros y expresan con un texto lo que sienten al verlo. “El resultado es muy interesante y hay artistas del todo el mundo que pueden observar el trabajo publicado”, recalcó Rodríguez.