Novelista, cuentista, dramaturgo, periodista e inventor argentino. Muchas etiquetas podrían calificar a Roberto Arlt, uno de los escritores más importantes, quien plasma en su estilo una realidad palpable y al mismo tiempo inmersa,llena de grandes personajes. Fue y es referente para las generaciones futuras que con sus recortes llamados “Aguas Fuertes”, pudieron profundizar sobre el contexto de una época y otra forma de contar los hechos. Es conocido por haber vivido en Flores, pero se cuenta que por Monte Castro tuvo un hogar.
“Jamás he olido tal extraordinario hedor de basura fermentada, como esta mañana, en la calle Arregui y Bermúdez, jurisdicción de Monte Castro. Casi… casi podía asfixiarse un elefante”, Diario El Mundo. Martes 26 de marzo de 1934, Pág. 7. Aguafuertes Municipales, “El Monte Castro olvidado por la Municipalidad”. Roberto Arlt.
Por suerte ya no huele así. Es más, la altura que tiene el barrio hace que sea, según fuentes oficiales, uno de los aires más puros de la Capital Federal. Si bien ahora no es mucha la diferencia por la contaminación ambiental, era una cuestión vital a principios de siglo 20 para aquellas personas que tenían problemas de salud y buscaban terrenos altos sin tener que irse de CABA.
“Todo lo demás, no es nada”, dice un grafiti en la casa natal de Arlt, donde descansan sus anécdotas e historias. Nació en Buenos Aires el 26 de abril de 1900 y ya desde muy chico se encontraba atraído por la literatura, acudiendo a la Biblioteca Anarquista de Flores.
En 1918 logra publicar su primer cuento “La vida puerca”, que en 1926 pasa a llamarse “El juguete rabioso”. Era un lector al boleo y tenía un derroche excesivo en su redacción, quien a diferencia de Borges, compensaba las carencias materiales con simbólicas, aplicando una masividad lingüística en sus trabajos.
Se tiene pruebas recopiladas por diferentes historiadores de la comuna 10, que Arlt tuvo su casa en 1926 sobre la calle Lascano -vereda par- entre Segurola y Sanabria. Algo que le resultaba favorable, ya que padecía bronconeumonía y según comentó su hija Alicia en una entrevista realizada por Leticia Maronese, quien pertenece a la Junta Histórica de Monte Castro, “buscaba tierras altas para vivir”. Dicen que una de sus novelas más famosas “Los siete locos”, fue inspirada por el Instituto Modelo de Frenopatía Open Door, ubicado antiguamente entre las calles Bermúdez, Santo Tomé, Benito Juárez y Lascano. Era una persona sin un hogar definido. Un trotabarrios.
En la nota del Diario el Mundo, se puede teorizar un pequeño secreto. Al tener en cuenta que por un tiempo es posible de que haya sido un vecino más, se podría dar cuenta que las últimas líneas sirven como un deseo de alejar a quien se atreva a llegar su pueblo escondido. “Después de lo dicho, creo que al lector, ya no le cabe ninguna duda, que Monte Castro no es el paraíso ni nada que se le asemeje ni remotamente”, Roberto Arlt.